“Creo que todo está listo para que la ratificación se termine antes del final de este año”, aseguró el primer ministro checo, Jan Fischer, cuyo país es, tras el “sí” de Irlanda, el principal obstáculo para la entrada en vigor del texto.
Las dos cámaras del Parlamento checo han ratificado el Tratado de Lisboa, pero la aprobación definitiva se encuentra a la espera de que el Tribunal Constitucional resuelva un último recurso presentado por un grupo de senadores conservadores y de la firma de Klaus.
Por ello, Fischer se entrevistó en el día de ayer por videoconferencia con el presidente de turno de la UE, Fredrik Reinfeldt, con el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y con el de la Eurocámara, Jerzy Buzek, que le han transmitido la “necesidad” de poner en marcha las reformas institucionales en la Unión cuanto antes.