Una película, dirigida por Javier Espada y Gaizka Urresti, que al cineasta “no le habría gustado nada”, comentaba ayer su hijo Juan Luis Buñuel en la presentación en Madrid de este documental que llega a los cines después de haber participado en once festivales nacionales e internacionales.
Y es que Luis Buñuel era poco amigo de homenajes, entrevistas y reconocimientos, aunque su libro de memorias Mi último suspiro, publicadas en 1982, un año antes de su muerte en México, han servido de guía para este documental.
Una cinta que se acerca al cineasta desde los recuerdos de su hijo y desde los de su amigo y colaborador, mientras pasean por los escenarios en los que se desarrolló su vida, desde su Calanda natal, hasta Zaragoza, Madrid, Toledo, París, Nueva York, Los Ángeles y México.
“La gente no conoce a mi padre, conoce sus películas. Este documental da idea de cómo era”, explicaba ayer su hijo, mientras que Javier Espada, director también del Centro Buñuel de Calanda, apuntaba que hay un conocimiento “muy superficial” y basado más bien “en tópicos” de esta figura clave del cine español y del surrealismo.
El último guión surgió como un proyecto de investigación destinado para un público especializado, pero, sobre la marcha, se fue convirtiendo en un documental que “puede llegar a un público amplio, a quienes le conocen y a quienes no” y, a ambos, despertar “las ganas de volver a ver sus películas”, contaban ayer sus directores y guionistas.