El buen tiempo se ha erigido de nuevo en gran protagonista de la Semana Santa, permitiendo la salida a las calles de todas las cofradías que tenían previsto hacer estación de penitencia a la Catedral. En este caso, la consulta a las predicciones meteorológicas no tenía como objetivo saber si existía riesgo de precipitaciones, sino qué temperaturas podían alcanzarse a determinadas horas del día.
Ha sido una Semana Santa de calor, en algunos casos incluso de faldones remangados, fundamentalmente en aquellas cofradías que llegan al centro desde la periferia y que, además, deben echarse a la calle a primeras horas de la tarde.
A nivel de organización, este era el segundo año consecutivo de inicio de la Carrera Oficial en la plaza Aladro. La buena experiencia de 2014 había permitido repetir por fin una misma estructura de ese itinerario común, lo que sin duda a contribuido a limar aquellas cuestiones que quedaron pendientes el año anterior.
Así, los horarios de las cofradías se han ajustado más a la realidad que entonces, si bien todavía se aprecian algunos desfases entre la realidad y lo que fija el papel. En cualquier caso, los problemas más serios -que habían surgido en la jornada del Lunes Santo- parecen haber quedado solventados con la permuta en el orden de paso por Carrera Oficial de La Cena y La Candelaria.
Al margen de todo ello, la Semana Santa de 2015 obtiene una buena nota por otras cuestiones. La primera de ellas -y quizá fundamental- es porque se sigue apreciando un incremento sostenido en el número de cofrades que visten el hábito nazareno en sus respectivas hermandades. La mayoría de cortejos ha mejorado sus números, en una tendencia que se mantiene desde hace ya varios años.
El trabajo de los costaleros, los acompañamientos musicales o los exornos florales son otras cuestiones que merecen el aplauso en la mayoría de los casos. Existen no obstante excepciones que confirman la regla. Por ejemplo, la cuadrilla de Humildad y Paciencia -que estrenaba paso en carpintería- tuvo serias dificultades para regresar a su templo, ofreciendo imágenes que ya casi no se recordaban.
La calidad de las formaciones musicales y los repertorios han mejorado de manera sustancial en estos últimos años. Sin embargo, en ocasiones se abusa de la reiterada interpretación de determinadas composiciones.
Las cofradías de reciente incorporación a la Semana Santa siguen evolucionando de manera positiva, aunque no todas a un mismo ritmo. La Clemencia, que ha cumplido ya diez años en el Martes Santo, presenta ya unas hechuras que llevan a pensar en la inminente incorporación a su cortejo del paso de palio de la Virgen de Salud y Esperanza.
Son años de contados estrenos, pero alguno de ellos resulta merecedor de un reconocimiento. La Hermandad de la Vera Cruz presentó en la calle el bordado completo del palio de la Virgen de las Lágrimas, un trabajo que ha sido realizado por José Ramón Paleteiro. Además, este mismo año ha recuperado los antiguos faroles de la sevillana Hermandad de las Penas de San Vicente, completando un conjunto pleno de buen gusto y elegancia.
El único incidente digno de mención se produjo en la noche del Viernes Santo, con la rotura de la estructura interna de un varal del paso de palio de la Virgen de la Soledad, que debió ser reparada en el interior de la Catedral.
Jerez
Las cofradías repiten ‘pleno’ en una semana de calor
La meteorología ha vuelto a ponerse del lado de las hermandades, que han podido culminar sus estaciones penitenciales con normalidad. Ha sido una Semana Santa de buena nota, con una Carrera Oficial ya consolidada e incremento generalizado de los cortejos nazarenos
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