Llevan más de 80 días encerrados en el edificio de los sindicatos, donde han pasado también esta Semana Santa. Hablamos de los extrabajadores de la factoría Delphi que aún están pendientes de una solución que debe de llegar a manos de la Junta de Andalucía, o al menos eso es lo que reclama este colectivo que agrupa a más de 500 personas. Durante los últimos meses hemos hablado con ellos quienes han expresado en primera persona qué sienten, qué demandan y cuáles son sus principales quejas.
“Mi nombre es Francisco Rodríguez Tirado, estoy en vísperas de cumplir 53 años con 32 años cotizados a estas alturas, 25 de ellos como trabajador de la factoría Delphi, es decir, más que muchos sindicalistas que nos representaban y que luego se fueron con una prejubilación dejándonos tirados”. Así comienza esta breve entrevista uno de los extrabajadores de Delphi que mantiene un encierro en el edificio de los sindicatos de Cádiz en demanda de una salida digna para este colectivo.
“Para que la gente comprenda qué hacemos aquí encerrados”, señala Francisco Rodríguez, “conviene hacer un poco de historia. Cuando se produjo el cierre de la factoría, no fuimos nosotros los que llamamos a la Junta de Andalucía, sino al contrario, fue la Junta de la mano de los sindicatos la que nos ofreció un protocolo en el que se comprometía a la recolocación de todos los afectados o en su defecto a la puesta en marcha de medidas sociolaborales”.
“De no haber sido así, habríamos cogido el doble de indemnización y nos hubiéramos ido al paro como cualquier desempleado más”, señala, “y no hubiéramos pasado este calvario que dura ya siete años”.
“Estamos aquí encerrados porque no comprendemos primero que nuestros compañeros sindicalistas prejubilados nos hayan dejado tirado, abandonándonos a nuestra suerte. Tampoco entendemos cómo puede ser que nuestros compañeros sindicalistas se hayan llevado indemnizaciones millonarias tras el cierre. Tampoco entendemos que en la selección de personal de Alestis se hizo un enjuague entre Creades, empresa creada para nuestra recolocación, y sindicatos, para meter a sus allegados, a sus amigos y a sus familiares, sin ningún criterio y sin ninguna oportunidad para el resto del colectivo”.
Por eso, “estamos aquí para exigir el cumplimiento del protocolo, para exigir una salida digna igual que se le ha dado al resto de compañeros. Hay muchas fórmulas, y no saben cuáles son, que nos pregunten a nosotros”.
“Exigimos”, continúa, “la máxima implicación a los sindicatos de ámbito regional. Y queremos hacer un llamamiento a los compañeros afectados que aún no se han incorporado al encierro. Que piensen en los que se quedan todos los días, que piensen que con ellos aquí todo sería más llevadero, y es que sin luchar los trabajadores jamás hemos conseguido nada”.
Francisco Rodríguez explica en clave personal que “unos días me siento más eufórico y otros días más pesimista. El otro día estuvimos en el Hotel Atlántico donde estaba el consejero de Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, quien se acercó a nosotros y nos dio un poco de esperanza, lo que pasa es que después de siete años no nos creemos nada”.
“Veo que tanto sindicatos como partidos políticos pasan de nosotros, y tengo claro que si no les apretamos seguirán pasando”, explica antes de lanzar un mensaje “a los compañeros sindicalistas como Lloret, Pina, Barriga, Marchante, Catalán, que supongo tendrán hijos. A estos que eran nuestros líderes sindicalistas hasta que se prejubilaron, les digo que si no pueden en lugar de los compañeros que están pasando necesidades que al menos piensen en todas estas familias porque no me creo que puedan dormir tranquilo sin que se les revuelva la conciencia”.
Robar para comer
Siguiendo con el ciclo de entrevistas a los extrabajadores de Delphi, que permanecen encerrados en el Edificio de los Sindicatos en demanda a la Junta de Andalucía de una salida digna para el colectivo inmerso en un conflicto laboral que dura ya más de siete años, esta semana también hemos hablado con Pedro Richarte Montero.
Richarte Montero señala que “somos muchas las familias que estamos pasando necesidades por culpa de los políticos, los cuales son, sencillamente, unos mentirosos. Ahí está la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, quien llegó a decir que los pactos y los compromisos están para cumplirlos y ella es la primera que no cumple”.
Este extrabajador de Delphi recuerda que “llevamos siete años desde que se firmó un pacto con la Junta, el cual ella tampoco ha cumplido. Otro que no quiere saber nada de Cádiz, a pesar de que es diputado por Cádiz, es Alfredo Ruiz Rubalcaba”. También lamenta que los líderes sindicales de CCOO y UGT, que “en 2007 vinieron a sacarse una foto, no han vuelto a venir por aquí”, al tiempo que critica la actitud de “Izquierda Unida, la cual me duele, porque antes de las elecciones nos dijo que iba a estar con nosotros, al final nos ha dejado tirados, entre ellos el señor Diego Valderas, el cual venía de la mano con nosotros en las manifestaciones”.
En esta línea, Richarte Montero explica que “solo pido para mis compañeros y para mí, y para todos aquellos que están pasando necesidades, que esto tenga una solución por las buenas, porque ya no hay otro remedio” y añade que “en el colectivo hay personas que no tenemos ni para comer, ni para pagar la luz, ni el agua. No tenemos ni las necesidades básicas cubiertas”.
“Estos políticos solo nos engañan”, continúa, “y el día de mañana, si la situación sigue así, yo les echaría la culpa sin ninguna duda porque la situación cada día que pasa es peor. Hay familias que han perdido sus casas por culpa de las mentiras del PSOE, de IU e incluso del PP”.
“Somos 600 compañeros los que aún estamos pendientes aún de una solución y de que se cumpla el protocolo firmado con la Junta”, indica, “somos 600 de los 2.000 que nos quedamos sin empleo. El resto han salido bien parados, pero 600 nos hemos quedado sin nada, es decir, el 40 por ciento estamos prácticamente en la indigencia”, por eso “le pido a la Junta de Andalucía que cumpla con lo firmado en 2007 y se deje ya de tantas mentiras”.
También lamenta que “políticos como el delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, que no se ha leído ni el protocolo ni nada, hablan sin saber, sin conocer el problema”. Y es que “son siete años ya de espera, siete años ya de llantos, estamos prácticamente sin techo y sin comida”.
Por eso, “si el día de mañana ocurre una desgracia, que haya sangre o muerte, que parece que es lo que quieren estos políticos, la culpa solo recaerá en la Junta de Andalucía”.
“Personalmente”, explica, “estoy en la indigencia, no tengo nada, lo estoy pasando realmente mal, y cada día que pasa, mi situación empeora, mi mujer tiene una depresión enorme, yo también estoy en tratamiento, mi niña de 21 años está mala de los nervios… las familias se están rompiendo, los niños no tienen ni para comer, ni ropa para salir a la calle. La verdad es que cada día que pasa me siento más inútil… la palabra mentiroso la pongo con mayúscula porque nos han mentido descaradamente. Y si tengo que robar para que mi familia coma, pues robaré, y si me coge la policía les diré que la Junta de Andalucía es la responsable de todo lo que está ocurriendo”.
También pide “a los compañeros que han logrado una salida digna, como los prejubilados, que nos ayuden un poquito más porque ellos han tenido suerte y nosotros no. Les pido que nos traigan alimentos y que vengan por aquí para apoyarnos. Es lo único que les pido y nosotros les daremos las gracias a lo grande”.
Contra los sindicatos
Kiko Senra Ibáñez es otro extrabajador de Delphi que permanece desde hace ya más de 70 días encerrado en el edificio de los sindicatos de Cádiz como protesta para demandar a la Junta de Andalucía una salida digna para este colectivo que agrupa a más de 500 extrabajadorees. “En este encierro me siento indignado y mortalmente herido por culpa de las mentiras y la corrupción de nuestros políticos, así como por la dejadez de los sindicatos”, señala Kiko Senra para añadir que “quiero expresar mi rabia contra las políticas represivas y austeras hacia los más humildes de la sociedad”.
Así, Senra explica que “desde aquí hago un llamamiento a la ciudadanía para que salgan a la calle a mostrar sus sentimientos y para que se unan a las marchas y manifestaciones que se organicen para la salvaguarda de la dignidad y la igualdad que de forma tan devastadora nos han quitado y siguen quitando”.
Respecto a su situación particular indica que “en casa tenemos una necesidad tan grande y tan urgente como el resto de los compañeros que estamos aquí, ya no es que vivamos el día a día, ya vivimos el futuro para saber cómo vamos a pagar la luz, el agua, la comida, la ropa, y es que a pesar de que tenemos amigos y familiares que llevan meses ayudándonos, cada día que pasa a ellos, es normal, les cuesta más trabajo, y es que ellos también están pasando necesidad”.
Eso sí, “hay veces que los cables se te cruzan, aunque sea a una persona válida, y es que yo me considero una persona válida para cualquier tipo de trabajo, pero como tenemos un gobierno tan incapaz de ofrecerte algo y lo que hace es frenarte y frenarte, y aún más cuando no tienes un duro, porque sin dinero cómo va uno a emprender, cómo va uno a moverse si la burocracia te frena seis o siete meses y lo primero que hace es pedirte dinero”, y es que “nos están llevando a una rabia que no sé por dónde va a salir”.
“Yo cojo ahora mismo a cualquiera y le doy para el cine, pero para el cine con chucherías de las buenas… la palabra indignación ya es una palomita… la dignidad nos la quitaron hace siete años, ahora habría que buscar una palabra que pueda describir cómo nos sentimos, una palabra que va más allá de la indignación”, lamenta Senra.
“Odio la situación en la que me encuentro”, prosigue, “voy a dejar de ver los telediarios… pero ya estoy vacunado, solo hablan de corrupción pero no cogen a ninguno, y los partidos echándose la pelota uno al otro sin solucionar nada. Yo les pido a los políticos que se partan los cuernos para buscar una solución al desempleo, pero los políticos que tenemos solo buscan atizar al otro, asistir a una inauguración, los veo en las fotos riéndose y pienso que se están riendo de mí… y me entran unas malas ideas”.
“A la gente que no está en nuestra situación le digo que no se fíen, que mañana pueden estar igual que nosotros, que no se fíen de los políticos, de los sindicatos, que detrás de las risas hay una mentira muy grande y cuándo se den cuenta ya van a estar extraviados, en el fondo, en la miseria, en la indigencia”, afirma para concluir que “mi padre siempre me inculcó los valores del respeto, la responsabilidad y de la dignidad, pero si veo que los políticos y los sindicatos me faltan el respeto, yo pierdo la cabeza, es un cortocircuito en mi cabeza”.