Estarán sujetos a gravamen inmuebles, vehículos, depósitos y cuentas corrientes, acciones y fondos de inversión, deuda pública o seguros de vida, entre otras cosas, si bien la vivienda habitual –principal capital de muchos españoles– tributará sólo a partir de los 300.000 euros, lo que supone doblar el mínimo exento.
También forman parte del patrimonio las rentas temporales y vitalicias, joyas, pieles, algunos objetos de arte y antigüedades, y los derechos de propiedad intelectual o industrial.
El Consejo de Ministros de hoy reactivará este tributo con carácter temporal para los ejercicios 2011 y 2012 a través de un decreto ley que no modificará la estructura del impuesto, que en la práctica había desaparecido puesto que llevaba tres ejercicios bonificado a cien por cien.
Su gestión y recaudación seguirá dependiendo de las comunidades autónomas, que conservan la facultad para adaptarlo a su conveniencia e incluso para mantenerlo bonificado, como es la intención de Murcia o de la Comunidad Valenciana.
El Ejecutivo calcula que si se aplicara por igual en toda España los ingresos llegarían a 1.080 millones de euros anuales, que se recaudarían en 2012 y 2013 con cargo a los ejercicios anteriores.
La vicepresidenta, Elena Salgado, ha justificado la decisión de reavivar transitoriamente este gravamen en la crisis económica, así como en la necesidad de apuntalar al cumplimiento de los objetivos de reducción del déficit público asumidos por España.
Sobre su carácter temporal ha dicho que si el PSOE sigue gobernando tras las elecciones generales del 20-N, creará un nuevo impuesto sobre la riqueza, como ya ha anunciado el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.