Tema este, de la interrupción voluntaria del embarazo, polémico y cargado de creencias y fuertes pasiones. Posiblemente ampliando el análisis sobre el concepto “Vida” algo se pueda convenir, a pesar de tanto debate y exigencias. Los movimientos anti-abortistas, algunos de ellos se denominan “pro-vida” no paran de arremeter contra el derecho de cada mujer a decidir sobre su maternidad. La complejidad y gravedad del tema queda reducida, para estos extremistas anti-abortistas, a que: a partir de un ovulo fecundado ¡que sea lo que dios quiera!.
Quienes arengan en las manifestaciones, o desde las tribunas, sobre la necesidad de acabar con la legalización del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, enarbolando el derecho a la Vida, ¿No se percatan de las graves contradicciones en las que se sumergen? ¡Derecho a la Vida! ¿Aunque sea de esclavitud?, ¿Aunque sea un tormento? ¿Aunque se trunquen las vidas de madres a la fuerza? ¿Nacer porque sí, a costa de lo que sea? Las madres así consideradas pasan de personas a ser consideradas maquinas incubadoras. La más absoluta denigración de la esencia del ser humano. ¿Qué supone, si no, negarles a las mujeres su derecho a decidir?
La otra fundamental contradicción puede encontrarse en que quienes defienden el derecho a la vida del no nato, se abstienen de defender el derecho a una vida feliz una vez nacido. Porque ¿Tiene sentido invitar a alguien a padecer? Precisamente la malformación del feto es una línea que divide a ese movimiento “pro-vida”, ya que un sector del mismo condicionado por su Fe religiosa promueve que gestación y nacimiento deba producirse si o si, con independencia de las graves consecuencias para el que nacería o su madre. Y ello porque “dios” lo quiere. Sacados de un total de 60 slogans de movimientos anti-abortistas aparecen estos: Dios es pro-vida. Los niños son un regalo de Dios. Dios ama a todos los niños nacidos y no nacidos. Soy tu Creador estabas a mi cargo antes de haber nacido. Isaías 44-2. Si, quienes creen en ese dios, no caen en la cuenta de que atribuirle la causa de las malformaciones, enfermedades hereditarias… es atribuirle al gran hacedor el papel de chapucero. ¿El creador crea monstruosidades, ninguneando la libertad de una madre que padecerá junto al retoño toda su vida? No obstante, la persona creyente puede rebuscar justificaciones bien en el “pecado” de la madre y ese nacimiento sería su castigo, o en los designios divinos que podrían llevar a que por ejemplo un gran médico, a partir de ese trágico nacimiento, encontrara un remedio, una cura. Para conformarse y justificar, cualquier cosa sirve.
De esos 60 slogans algunos van dirigidos a las madres: “Toma la mano del futuro, apoya la elección de la vida. Elige la vida para que tu y tus hijos puedan vivir. Sonríe, tu mama escogió la vida. Elige la vida, tu mamá lo hizo.”. La Vida es el referente. Pero ¿qué vida? Las causas que mueven a que una mujer adopte una decisión de este calibre son múltiples. Al final si la mujer no está coaccionada externamente, es decir tiene capacidad de poder decidir por si, son las causas de orden psicológico-emocional las principales. Y se conoce bastante como las condiciones reales de vida de cualquier persona condicionan seriamente, en ocasiones determinan, su psicología. Entre ellas las económicas y-o socio-culturales.
Quienes desean castigar a la mujer, que decide no ser madre en un momento determinado, hacen abstracción de la realidad cotidiana donde esa mujer debe ¿vivir? Una mujer feliz que decide ser madre es la garantía de una vida feliz para quien debe nacer. Porque quien tenga que nacer ¿tiene derecho a una vida feliz? En el conjunto de slogans aparecen algunos que promueven la alternativa: “Adopción, la elección con la que se puede vivir. Adoptar, no abortar”. Si se abstraen de la realidad cotidiana de la mujer, parece una propuesta razonable. Pero no son conscientes, quienes apuntan en esta dirección, de que económica, social y culturalmente gestar para algunas mujeres es una condena. En realidad, quienes sostienen las consignas “pro-vida” se mueven en dos planos: A) Uno que explicitan mediante una ideología mágica como bien reflejan los siguientes slogans: “El futuro está en nuestras manos. Los niños son un regalo. Vida el regalo más grande de una madre. Todo niño merece una oportunidad para cambiar el mundo”. llegando a invocar a las madres de futuros “Mesias” ¡Cuanta responsabilidad! B) El otro, oculto pero esencial, para sostener la necesidad del castigo a la mujer gestante que no ha decidido libre y conscientemente el embarazo. Básicamente se relaciona con “el pecado del sexo” y aquí algunas personas son inmisericordes ¡la que lo hace, lo paga!
Los slogans están bien estudiados desde una perspectiva publicitaria y de hecho algunos de ellos suenan bien. Una técnica que utilizan los propagandistas de “pro-vida” es ofrecer, a través de blogs, 60 slogans para que las personas, que a esos lugares virtuales se arrima, puedan elegir 5 de ellos. Con esta encuesta se van seleccionando los más pegadizos, los que más en sintonía estarán con las opiniones y creencias de quienes deben sumarse en las calles a las protestas contra el ejercicio del derecho a decidir sobre la maternidad. Entre esos slogans, siguiendo la tendencia mágica, los hay que van dirigidos al no-nato: “- ¡Querido feto! ¡Tienes derecho a nacer, tienes derecho a la vida! La vida puede ser dura, pero no estás solo.”. Convendría preguntar al Feto: -¡Querido feto! ¿Esas personas “pro-vida” estarán contigo? ¿Te garantizaran, a ti y a tu madre, unas condiciones dignas para vivir saludable y felizmente? Llegando a la hilaridad en los slogans el no nacido sorprendentemente contesta: “- Soy un bebe, no una elección, toma mi mano, no mi vida”. Y claro, quienes llegan a pensar por un instante que esa respuesta es posible ¿No van a pensar en el mejor de los mundos para el no nacido? En la VIDA REAL, la cotidiana, la que padecen millones de seres humanos, nada está garantizado -Garantías ¡de qué!, como decía el “demerito”. Sin embargo, quienes se califican de “pro-vida” si están por la tarea de forzar, a toda costa un nacimiento, aunque sea para una esclavitud, una tortura y unas vidas desdichadas. Ni una sola referencia al derecho a la VIDA FELIZ. No se percatan que, si la vida no es feliz, no es Humana. Por ello el 29 de septiembre como cada año millones de personas en el mundo defenderán el derecho a ejercer “una opción que cada mujer debe tomar libremente, con toda la información a su alcance, sin coacciones, paternalismos, ni falsas demostraciones de moralidad”. Y para ello cada mujer debe tener derecho legalmente abortar. Derecho que tiene que ser considerado público, gratuito y universal. Aunque esta polémica estaría resuelta defendiendo el derecho garantizado a toda persona a UNA VIDA FELIZ. Quienes explotan a los seres humanos cotidianamente hacen inviable ese derecho.
Fdo Rafael Fenoy