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El jardín de Bomarzo

Un cuadrado bajo pies

Este lunes sabremos quién seguirá subido y dando vueltas en el tiovivo de la política y quien se cae, cómo queda este tablero de ajedrez

Publicado: 24/05/2019 ·
14:13
· Actualizado: 24/05/2019 · 14:13
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  • El jardín de Bomarzo.
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Bomarzo

Bomarzo y sus míticos monstruos de la famosa ruta italiana de Viterbo en versión andaluza

El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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"La felicidad es la ausencia de miedo, es una emoción y, como tal, es transitoria"E. Punset.

Lo positivo: a partir de este lunes 27 tendremos el enorme descanso de, salvo no previsto adelanto, años varios sin elecciones, por lo cual el sector en su conjunto recogerá bártulos, guardará megáfonos y extras de amabilidad, dejará de visitar barriadas a todas horas prometiendo casi de todo y sin medida, de criticar al de enfrente -bueno, eso no-... Una vez que el machacado a promesas ciudadano deposite el voto en la urna cambiará el discurso y el tono será otro, las ventanas y puertas de lo público se cerrarán y en la trastienda del negocio comenzará la búsqueda de mayorías para conformar gobiernos. Más en unas elecciones locales donde la fragmentación y la participación serán determinantes. En todo caso, este lunes comienza todo de nuevo, o acaba. Según para quien; tras las generales, Pedro Sánchez cerrará posiblemente el acuerdo con Podemos e iniciará la purga prevista interna con aquellos por él considerados enemigos íntimos y, claro está, Andalucía está en el centro de la diana.

Este lunes sabremos quién seguirá subido y dando vueltas en el tiovivo de la política y quien se cae, cómo queda este tablero de ajedrez para los próximos cuatro años y sobre él quiénes serán reyes o reinas, alfiles, torres o sencillos peones -o peonas-; cómo no, quiénes se quedan sin cuadrado bajo los pies, marfil o negro, para desde ahí arrancar una larga partida. 

Varias formaciones agrupadas en dos bloques optan en el objetivo de entre ellas sumar sabiendo que, hoy, las mayorías absolutas en general forman parte del pasado. A priori, el viento sopla a favor de un PSOE que tanto en Europa como en los gobiernos locales confía en rematar la eliminatoria tras la ida que supusieron las generales. La participación será menor, incluso puede que hasta diez puntos por debajo y eso, a, priori, le perjudica, pero ahora la corriente del voto útil está más en su papeleta que en otras y es que en política, como en todo en la vida, las modas marcan tendencias. La del PSOE es gobernar con otras fuerzas progresistas, esas formadas por IU y Podemos en Adelante o Ganemos o Levantemos o algún que otro emos. Aunque esa es su preferencia, no pierde de vista a Ciudadanos porque el PSOE es el partido del poder y para mantenerlo siempre usó todo lo que a mano ha tenido.

La formación naranja ha hecho una muy mejorable gestión de sus posibilidades de cara a estas municipales eligiendo tarde y mal a sus candidatos, fruto de lo cual en muchos sitios no ha logrado formar candidaturas, en otros lo ha hecho provocando controversia interna y fugas y/o jugando con sus candidatos para quemarles antes de nombrarles. Esas cosas suelen pagarse. Pese a lo cual, Cs quiere entrar en gobiernos y, aunque forme tándem con el PP en la Junta y este partido puede ser en general su primera opción, no se cierra a acuerdos con el PSOE allí donde sume y le convenga. El PSOE lo sabe, por eso no cierra esa opción pese a que le incluya en el ya famoso tri-fachito

Para el PP es la oportunidad de levantarse tras el batacazo de las generales y tiene buenas opciones de hacerlo porque, en principio, recuperará parte del voto que entonces se le fue a VOX, que es un partido que se mueve mejor en clave nacional que en la local y que, además, se ha encontrado con la enorme dificultad de formar candidaturas donde no había nada. Y eso trae peleas internas, dimisiones y jaleos al estilo de una comunidad de propietarios que se forma y al principio hacen quedadas porque todos se quieren mucho y a la tercera reunión se están matando en el rellano del segundo. Por no hablar del escaso oficio: demasiada gente que se acerca a la política más como una opción laboral interesante, cómoda, que bajo ese principio de vocación a lo público y de servir que a todo político debería mover. La falta de oficio, de formación orgánica y de solidez estructural que tienen los partidos hechos distinguen este momento.

Ayuntamientos. Porque se va a votar para elegir los mandos de unas corporaciones locales que tienen, hay que tenerlo muy en cuenta, escaso margen al estar sujetas a severos planes de ajuste y, lo que es peor, su cumplimiento es controlado por el gobierno central. Desde los famosos planes de pago a los proveedores vía ICO, el ministerio controla a los municipios y limita su autonomía. Facilitaron a los ayuntamientos ponerse al día con sus acreedores, a muchos salvaron la vida, dieron negocio a los bancos con los préstamos y les sometieron al control estatal financiero y presupuestario. Esto supone que los presupuestos de los próximos 25 años están definidos desde 2013, con muy poco margen de maniobra para incluir cambios. Bajo esta premisa de cuantías de gastos ya limitadas y debiendo aplicar porcentajes de reducción en cada año, los gobiernos locales no pueden plantearse subir gastos o inversiones salvo con nuevos ingresos que los financien; además, a la hora de cuantificar los gastos, todos los contratos que estén vigentes suman, sin que se puedan reducir estos costes. Lo mismo ocurre con los gastos de personal, lo que influye negativamente en el funcionamiento de la prestación de los servicios públicos. 

Tras los gastos de personal, más los comprometidos por los diversos contratos y aplicando la reducción correspondiente del plan de ajuste, ¿qué queda para poder gastar en las políticas del gobierno municipal? Poco. Esta es la causa por la que si comparamos los presupuestos de los últimos años de un mismo ayuntamiento con distintos gobiernos municipales hay poca diferencia, son casi calcados. La única, que son cada año más escasos por necesidad. En tiempos de bonanza donde a los partidos se les votaba por programas electorales basados en promesas de aumentos de gasto, los presupuestos eran expansivos. Era la estrategia electoral de dos huevos duros más respecto a los gastos, en cambio ahora las críticas giran alrededor de los incumplimientos del plan de ajuste, del aumento del déficit y de la deuda, aunque aún queden discursos populistas que pretenden captar a los ciudadanos con recetas mágicas o, también, teñidos de demagogia pasada de moda que los ciudadanos, sensatos, no se tragan porque es obvio que bajando ingresos y subiendo gastos no hay forma posible de evitar déficit. 

En todo caso, peones y reyes y todos los de en medio aguardan casilla para una partida que durará cuatro años tras este 26M. Cuatro años no son nada, o lo pueden ser todo cuando sientes que la vida deriva en ese precipicio que esta semana ha arrojado a Punset al abismo: "Sé bondadoso con la gente cuando subas; los encontrarás a todos cuando bajes".

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