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Martes 16/04/2024  

Teología de Málaga

Teología de Málaga. Vergüenza

Los Asperones han regresado a la conciencia colectiva, después de que un programa popular de La Sexta le sacara los colores al alcalde

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Los Asperones han regresado a la conciencia colectiva, después de que un programa popular de La Sexta le sacara los colores al alcalde; aunque, a decir verdad, no sólo al alcalde sino a todos. Hablamos de un gueto que se arrastra ya desde hace más de treinta años. 180 viviendas en las que reside un millar de personas, con una realidad que describen quirúrgicamente los datos: el 97% de la población está en situación de pobreza extrema, sí, el 97%; nueve de cada diez no tiene ninguna titulación académica; y la esperanza de vida de sus habitantes es de 50 años, mientras que la del resto del país supera los 80, es decir allí es “similar a zonas de guerra” como Siria.

Tres años atrás se aprobó por unanimidad una moción de Izquierda Unida para que la Junta desmantelase las chabolas con fondos europeos. ¿Qué hay de eso? Se trata de una competencia autonómica, y para la peor memoria del PSOE en la Junta queda ese desastre que desde hace un año computa ya en el debe del Gobierno del Cambio del PP y C’s. ¿Qué cambio es seguir sin hacer nada?

Entretanto el Ayuntamiento fracasa sistemáticamente en sus actuaciones allí, en aquella barriada provisional creada en 1987 dentro de un plan de erradicación del chabolismo que acabó siendo un espacio chabolista. Es verdad que el Ayuntamiento sí tiene partidas para suministro eléctrico, interrumpido ahora desde hace días, en abastecimiento de agua y zonas comunes, pero con eso no basta. Los Asperones se debía desmantelar, pero De la Torre nunca le ha dado prioridad en sus demandas a la Junta, ni antes ni menos ahora.

Todo periodista de Málaga –también yo– se ha ocupado alguna vez de Los Asperones, pero ¿recordar esa vergüenza es suficiente ante esa vergüenza? Este barrio de infraviviendas» que recuerdan demasiado a las «favelas de Brasil» nos interpela como sociedad. Como dijo aquel día un concejal de IU al pleno: «Tendrían ustedes que ver en qué cama duerme una persona operada de cáncer de colón o cómo viven niños con neumonía». Y ahí está precisamente el problema: no ver. Preferimos no ver, preferimos ahorrarnos ver aquello y así aliviar la conciencia colectiva. Aristóteles advertía que la vergüenza reside en los ojos, así que preferimos cerrarlos.

Cuando hablamos de Málaga de Moda, Málaga Ciudad Genial, Málaga… está claro que hablamos de Calle Larios o el Muelle 1, desde luego no de ese lado de la ciudad que ahí sigue treinta años después. Podemos seguir mirando para otro lado, o podemos empezar por aceptar que Los Asperones es un espejo en el que podemos, y debemos, mirarnos para sentir vergüenza como sociedad, y por tanto, cada uno de nosotros.

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