Saida Prieto, candidata a Reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, ha anunciado que luchará "hasta el final, cueste lo que cueste y caiga quien caiga" por las quemaduras que sufrió en la pasada Gala de Elección de la Reina, y ha dicho que Willy Jorge, diseñador del traje que provocó el accidente, es quien "tiene que pagar".
En una rueda de prensa celebrada esta tarde en el Despacho de Abogados Juan José Rodríguez, que se personará como parte perjudicada en los dos procedimientos judiciales abiertos, Saida Prieto ha dicho que ha sufrido "mucho" y que lo ha pasado "mal". "Me han destrozado la vida", insistió la joven.
Tras la lectura de un comunicado, dijo que fue semanas después del accidente cuando se dio cuenta de la gravedad de sus heridas. "Me estaba abrasando, no podía escapar del traje. Luchas por salir de ahí y no eres consciente de lo que estaba pasando hasta que desperté en la UCI", recordó.
Saida Prieto señaló que los dos meses que pasó ingresada en la Unidad de Quemados del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla han sido "los más difíciles" de su vida por las "muchas operaciones" a las que fue sometida, y pese a que ya no tiene que volver a la capital hispalense, ha aclarado que todavía le queda un "largo camino" para su total recuperación.
La joven reconoció que se encuentra "bien", aunque admite que todavía le vienen recuerdos de lo sucedido la noche del accidente. "Intento estar bien, estar con mi hija, con mi gente, pero quiero que se pague y que esto no se vuelva a repetir", recalcó.
Respecto a la noche de la Gala, tiene claro que fue Víctor, su diseñador, quien le "salvó la vida" y aún recuerda lo que oyó y cómo sintió las llamas en su espalda. "Lo recuerdo perfectamente, del principio al final".
"Allí no había nadie, sólo yo y mi diseñador luchando contra aquella llamarada. No vi a bomberos, no vi a nadie para poder salvarme la vida", relató la joven, cuya madre, Dulce María Hernández, aún recuerda cómo su hija, al despertar de la sedación, le preguntó "¿dónde estaban los bomberos? ¿Por qué la gente se apartó?".
También quiso dejar claro que cuando llegó a la ambulancia después del accidente, le dijeron que su hija "sólo tenía cuatro quemaduras leves y un ataque de ansiedad" y que no se le informó "en ningún momento" de la gravedad de las heridas.
NINGUNA LLAMADA DE WILLY JORGE
Saida Prieto también ha aclarado que no ha recibido ninguna llamada del diseñador Willy Jorge ni de la candidata que llevaba el traje que provocó el accidente. "Han podido comunicarse en cualquier momento y no lo han hecho", dijo la joven, quien admitió que hubiera agradecido que se hubieran puesto en contacto con ella.
Pese a todo lo ocurrido, ha querido dejar claro que se sigue sintiendo "carnavalera y comparsera" y que el próximo año volvería a presentarse a Reina del Carnaval de Santa Cruz.
Asimismo, dio las gracias a la gente por las "muchas muestras de solidaridad", al Ayuntamiento y al alcalde de la capital tinerfeña "por su generosidad", a sus patrocinadores y a la comparsa Los Cariocas, al Hospital Universitario de Canarias y al Hospital Virgen del Rocío "por su humanidad".
"ANTES DE LO QUE DEBÍA"
Por otro lado, la madre de Saida, que llegó a temer por la vida de su hija, ha culpado al psiquiatra del Hospital Virgen del Rocío de que la joven haya sido dada de alta "antes de lo que debía".
Dulce Hernández contó que las quemaduras y los dolores "estaban perjudicando mentalmente" a su hija y que la medicación "no le hacía efecto", por lo que los psiquiatras temían que su cuerpo y su mente "cayeran enfermos" y decidieron darle el alta. "Fue culpa de un profesional que exigió que se le diera el alta de la Unidad de Quemados. El HUC se ha portado con nosotros de maravilla pero el problema estuvo en Sevilla", insistió.
No obstante, ha aclarado que el Hospital Virgen del Rocío "se ha portado muy bien" y que la segunda vez que ingresó Saida "entendieron que no deberían haberle dado el alta y que no tenían que haber hecho caso al psiquiatra porque todavía le queda un tratamiento bastante largo".
Saida Prieto tiene que pasar por dos operaciones más cuando sus injertos estén más maduros, y la axila se le ha quedado pegada hacia la espalda, por lo que no tiene movilidad en los brazos.
Como consecuencia de sus heridas, la joven explicó que su día a día resulta "difícil". "No puedo mover los brazos, por lo que me visten, me bañan y me tienen que hacer la comida, y eso es duro", relató Saida, quien dijo haber visto cómo lo que antes "era perfecto, ahora es duro y difícil".
Pese a todo, dijo sentirse con fuerzas para ser "la misma de antes" y volver a dedicarse a la moda. "Ojalá pudiese. Es un largo camino pero sé que podré", resaltó.