Los Mossos d'Esquadra han desmantelado un grupo criminal dedicado a la venta y distribución ilegal de tabaco de contrabando en Cataluña, con el arresto de nueve personas, según informa la policía catalana.
Además de los nueve detenidos, otra persona se encuentra en búsqueda y captura, y los Mossos han realizado ocho registros --dos domicilios de La Seu d'Urgell (Lleida), uno de Sant Adrià de Besós (Barcelona), uno de El Masnou (Barcelona), un trastero de Rubí (Barcelona), otro de Badalona y dos bares de Barcelona--, se han intervenido 12 vehículos por valor de 350.000 euros y decomisados 3.000 cartones de tabaco con un valor de 125.000 euros.
La investigación se inició en noviembre cuando la policía tuvo conocimiento del aumento de la venta de tabaco en bares del distrito barcelonés de Sant Martí, lo que coincidía con un descenso de la venta del de curso legal en los estancos de la zona.
Diferentes unidades de los Mossos se coordinaron en una investigación conjunta que determinó que Andorra era el punto de salida de la mercancía que, en una primera fase, acababa en dos garajes de La Seu d'Urgell, desde donde la distribuían en diferentes puntos de Cataluña.
DE LA SEU A BADALONA
Los agentes constataron que uno de los detenidos, Marcos C.C. y la persona que se encuentra en búsqueda, ambos residentes en una urbanización de lujo de La Seu, compraban el tabaco en Andorra y lo transportaban escondido en los bajos de vehículos de gama alta que habían manipulado.
Desde los garajes de La Seu transportaban la carga a otro garaje de Rubí, donde se almacenaba y cada jueves transportaban en furgoneta grandes cantidades de tabaco hasta la zona comercial de Montigalá de Badalona.
Allí, Marcos C.C. se reunía con otros dos de los arrestados, Pedro E.G. y José R.I., les entregaba la mercancía, que la trasladaban a un trastero de Badalona y le devolvían la furgoneta; esta operación se repetía el mismo día hasta tres veces.
Cuando disponían de la mercancía, los dos hombres preparaban los pedidos y agrupaban el tabaco en bolsas de basura, siendo el primer punto de entrega un bar de Barcelona.
El matrimonio que regentaba el bar, junto con uno de sus trabajadores --también detenidos--, distribuían el tabaco desde el bar o directamente por el barrio en domicilios particulares, para lo que disponían de un colaborador, que llevaba los cartones escondidos en la chaqueta o en un carro de la compra.
Los investigadores constataron que el reparto de tabaco también se hacía en domicilios particulares de otros propietarios de bares, aunque el cobro sí que lo realizaban en los locales.
La investigación finalizó el 25 de enero tras los registros en los domicilios y trasteros, y el arresto de las nueve personas, que quedaron en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial.