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Sevilla

Acusado del atropello asegura que no recuerda nada porque iba "ciego"

El joven acusado de matar a un hombre tras atropellarlo en cinco ocasiones ha dicho que no recuerda lo que ocurrió porque estaba "ciego" por el alcohol y porros

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Un joven de 20 años acusado de asesinato por matar a un hombre tras atropellarlo en cinco ocasiones ha asegurado hoy que no recuerda lo que ocurrió porque estaba "ciego" por los porros y el alcohol que consumió ese día, cuando persiguió a la víctima hasta matarla pasándole el coche por encima.

En tratamiento desde los 11 años por falta de control de impulsos, el acusado Adam L.G., ha dicho que no recuerda "las cosas con claridad" y sólo ha admitido que tras el último atropello, ocurrido en Marchena (Sevilla), se asustó y fue a esconderse a La Puebla de Cazalla, la localidad en la que vive.

Los hechos ocurrieron el 1 de febrero de 2015, cuando el joven, acusado de asesinato por la Fiscalía, aseguró que no estaba siguiendo el tratamiento médico que tenía, le cogió sin permiso de su madre las llaves del coche y se fue, ya "ciego" de beber y fumar hachís, hasta la localidad vecina de Marchena.


Allí siguió drogándose y consumiendo alcohol con otros amigos antes del atropello, según el acusado, que se pagaba sus vicios con trabajos ocasionales que hacía.

Estas declaraciones se han producido en la primera jornada del juicio con jurado que ha comenzado hoy en la Audiencia de Sevilla, en el que la Fiscalía pide 17 años de prisión para el acusado, al que reprocha que se subiera por las aceras y circulara en dirección prohibida hasta causarle la muerte a la víctima, que tenía dos hijos de 7 y 3 años.

La Fiscalía afirma que el detonante de la agresión se produjo por motivos económicos y ha añadido que las primeras ocasiones fue con distintos golpes en el cuerpo del agredido, al que finalmente pasó por encima y le causó la muerte.

El defensor del acusado, por su parte, asegura que este caso es un homicidio provocado "por una persona que necesitaba una ayuda médica que no recibió" y que ahora recibe en prisión, gracias a lo cual está logrando distintas titulaciones académicas.

Su abogado ha reiterado que las primeras agresiones fueron simples "toques" que no provocaron, siquiera, que a la víctima se le cayera el litro de cerveza que llevaba en la mano, y ha añadido que al final le pasó por encima sin intención de hacerlo.

La acusación particular ha dicho que lo ocurrido "no es un accidente de circulación, es un asesinato con alevosía", y ha añadido que, además, el acusado cometió un delito de conducción temeraria porque condujo en contramano y en cuatro de las cinco agresiones se subió por encima de la acera.

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