Sevilla vive su Semana Santa en pleno esplendor con la totalidad de sus cofradías en la calle desde el pasado domingo de Ramos, gracias principalmente al buen tiempo que en algunas jornadas se torna en calor sofocante que supera los 30 grados, unas temperaturas más propias de un verano en la ciudad.
El calor parece empeñado en ser uno más que se acerque a ver las salidas de las procesiones sevillanas y la prueba son los 33 grados de máxima que soporta la ciudad en la jornada de hoy y acompañará hasta altas horas de la tarde a las ocho hermandades que realizan estación de penitencia el Martes Santo.
El agua, que tanta tristeza provoca en los devotos de la Semana Santa cuando cae del cielo e impide salir de sus templos a los pasos, se convierte estos días en un preciado tesoro en forma de botellita de agua, que acompaña a los que se acercan a ver las procesiones, y con el que palía el intenso calor.
De hecho, en los quioscos y en los bares reconocen que las ventas de botellas de agua y refrescos se han multiplicado por cinco en los dos primeros días respecto a días anteriores, y prevén que continúen si las predicciones meteorológicas continúan hablando de sol y calor en lo que resta de Semana Santa.
Si el año pasado fue el más caluroso desde 1971 en prácticamente toda España, Sevilla parece empeñada en superar todos los récords y ha saltado directamente a la estación veraniega, como lo prueba que los ciudadanos hayan empezado a quitarse capas y en estos días recorran las calles con ropa más propia de un verano adelantado.
Pero los más de treinta grados que a veces resultan insoportables para los que se acercan a ver las cofradías se convierten en una auténtica ducha de agua caliente para los nazarenos vestidos con sus túnicas y antifaces, y de manera especial para los costaleros, esos gladiadores que se meten debajo del paso y levantan miles de kilos.
Debajo de las trabajaderas -lugar en el que los costaleros se esfuerzan en levantar y mecer el paso- el calor supera con creces los 30 grados y la temperatura ambiente de la calle se convierte en moderada comparada con el horno que viven bajo el paso.
La ciudad que se echa a la calle pese al calor sofocante está, en estos días, llena de valientes que combaten el calor a cambio de que las cofradías brillen en todo su esplendor.
A veces, la espera no es grata, como lo prueba que ya sumen 125 las personas las que han sufrido lipotimias y han tenido que ser atendidas por los servicios sanitarios en lo que va de Semana Santa.
¿Cuál es el mejor aliado para combatir el calor si no encontramos un sitio fresco o a la sombra?. Visitar los pasos de las distintas cofradías hidratados, beber mucha agua y líquidos sin esperar a tener sed.
El operativo de Semana Santa, consciente de las consecuencias de las altas temperaturas, ha colocado diversos puntos donde, principalmente las hermandades de largo recorrido, pueden abastecerse de agua y poder hidratarse.
Las predicciones señalan que las altas temperaturas acompañarán a los sevillanos y forasteros a lo largo de toda la Semana Santa y el calor hará sudar y resoplar en más de alguna ocasión, pero seguramente todos preferirán que el agua refresque sus gargantas a que evite salir a las cofradías.