La Guardia Civil ha detenido a tres personas como presuntas autoras de un delito de robo con fuerza en las cosas tras sustraer supuestamente un total de 31.070 euros de una carnicería de la localidad sevillana de La Lantejuela, según ha informado el Instituto Armado en una nota de prensa.
Fue uno de los propietarios de este negocio de carnicería y tienda de alimentación de La Lantejuela quien se puso en contacto con la Guardia Civil alertando de que, cuando se disponía a abrir la tienda en horario de tarde, notó que una de las puertas del establecimiento se encontraba abierta.
"Rápidamente", fue a comprobar si faltaba algo y comprobó que no quedaba nada de dinero ni en las cajas registradoras ni en los cajones, dándose la circunstancia de que guardaban una importante suma destinada a pagar facturas a proveedores esa misma tarde.
La Guardia Civil se trasladó al lugar de los hechos y realizó una inspección del lugar, hallando en la azotea de la casa que linda con la tienda dos bolsas de plástico con 900 euros en monedas.
Las sospechas sobre la autoría de los hechos se dirigieron hacia un vecino que mantiene una relación de parentesco con uno de los dueños de la tienda, vecino que fue localizado junto con otras dos personas en una nave que suele usar como residencia.
EL 'MODUS OPERANDI'
Tras una búsqueda minuciosa del lugar, finalmente se consiguió encontrar el dinero --en total, 31.070 euros-- envuelto en una tela. Por todo ello, y tras conseguir las pruebas necesarias, la Guardia Civil detuvo a J.A.M.F., vecino de La Lantejuela; a A.S.J., vecino de San Bartolomé (Huelva), y a M.V.R., vecino de Sevilla.
Sobre el 'modus operandi' de los detenidos, hay que señalar que fue el familiar del dueño del establecimiento quien supo que tenía esa suma de dinero en la tienda, por lo que, junto a los otros dos detenidos, urdieron un plan para sustraerlo.
Así, el primero de ellos se fue a un bar "muy concurrido" para tener una coartada, mientras que sus compiches materializaron el robo. Para acceder al local, se encaramaron en el techo de una furgoneta y saltaron hasta la azotea de la casa colindante, para después entrar por una ventana a la carnicería.
Una vez con el dinero, salieron por una puerta trasera, que fue la que se encontró el dueño abierta. Las bolsas con las monedas decidieron abandonarlas por su excesivo peso.