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Sevilla

33.900 euros de indemnización por dejarle una gasa tras una cesárea

El Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla ha condenado a una compañía aseguradora a pagar una indemnización de 33.906,71 euros a una parturienta a la que un ginecólogo dejó olvidada en su abdomen una gasa de 30 centímetros y 280 gramos de peso tras practicarle una cesárea

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El Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla ha condenado a una compañía aseguradora a pagar una indemnización de 33.906,71 euros a una parturienta a la que un ginecólogo dejó olvidada en su abdomen una gasa de 30 centímetros y 280 gramos de peso tras practicarle una cesárea, según una sentencia consultada por Europa Press.

   Los hechos tuvieron lugar el día 22 de marzo de 2009, cuando la afectada, identificada como M.C.M. y de 35 años de edad, se puso de parto, por lo que un ginecólogo del cuadro médico de la compañía condenada la sometió a una cesárea, tras lo que la mujer comenzó a sentir molestias que pensó que estaban relacionadas con la propia intervención.

   Seguidamente, la paciente decidido acudir al sistema público de salud, siendo diagnosticada de un textiloma, es decir, de la presencia de una gasa de 30 centímetros y 280 gramos de peso en su abdomen, que precisó de una intervención quirúrgica el día 10 de noviembre de 2009 para su extracción.


   La asociación 'El Defensor del Paciente', que ha representado a la afectada, ha informado en una nota de que la sentencia "entiende acreditada la mala praxis profesional" al no haberse asegurado el profesional médico, antes de cerrar la herida, de que existía una gasa en su interior.

   El juez asevera en la sentencia que "no hay duda alguna de que el olvido al retirar la gasa se produjo en el parto por cesárea de 22 de marzo de 2009, y en ningún caso en el primer parto por cesárea" que tuvo lugar el 18 de marzo de 2007, ya que "no hay constancia de que la mujer tuviera ninguna molestia con posterioridad al mismo, salvo las propias de la intervención".

   A ello se suma que "tampoco hay constancia alguna de que durante el segundo embarazo, y pese a las pruebas que le debieron realizar durante el mismo, se hubiera detectado la existencia de dicho cuerpo extraño", asevera el juez, mientras que el ginecólogo que la asistió en la segunda cesárea "tampoco observó la existencia" de la gasa.

   Por ello, "queda suficientemente acreditada la mala praxis profesional, al no actuarse con la debida diligencia" consistente en contar debidamente el material quirúrgico utilizado en la intervención del parto por cesárea y asegurarse con carácter previo a cerrar la cavidad abdominal de que no existía ninguna gasa en su interior.

   El juez estima la "gravedad" de la secuela padecida para fijar la indemnización en 33.906,71 euros.

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