El Museo Soumaya, construido en México por uno de los hombres más ricos del mundo, Carlos Slim, en homenaje a su fallecida esposa y que alberga más de 66.000 obras de arte, ha contactado ya con el marchante de Texas en cuyo poder se encuentra el cuadro de Murillo ‘La Virgen del Rosario’, redescubierto por el profesor de la Universidad Hispalense Alberto Álvarez Calero. La dirección del museo, cuya construcción le costó a Slim hace año y medio unos 50 millones de euros, tiene interés en hacerse con la pintura para ampliar su colección de Antiguos Maestros Europeos. Se trata de la única de las cuatro versiones de este tema pintadas por Murillo que está en el mercado.
A Alberto Álvarez Calero, profesor de Arte de las Facultades de Geografía e Historia y Ciencias de la Educación, una investigación sobre el convento Casa Grande del Carmen le llevó indirectamente a seguir la pista de algunas de las principales obras de arte que albergó, entre ellas dos cuadros de Velázquez (ambos en la National Gallery de Londres) y dos de Murillo: un ‘Ecce Homo’ y una ‘Virgen del Rosario’.
El pintor sevillano llevó al lienzo cuatro versiones de la ‘Virgen del Rosario’, aunque en la bibliografía sólo se da cuenta de tres porque se había perdido el rastro de la cuarta: una está en el Museo del Prado, procedente de las colecciones de la Casa Real española; otra, en el parisino Museo del Louvre en el dedicado a Goya en Castres, y la tercera está expuesta en el Museo Pitti, de Florencia.
La cuarta, cuyo rastro ha seguido el profesor sevillano, está en poder de un marchante de Texas que la compró tras vender los herederos del director de orquesta José Iturbi su casa de Los Ángeles y su legado, en el que figuraba esta pintura. Hasta su adquisición por el músico había permanecido en el Reino Unido tras comprarla en el siglo XIX el cónsul británico en Sevilla.
El profesor Álvarez Calero comunicó la noticia del hallazgo a la dirección del Museo de Bellas Artes de Sevilla, así como la disposición del marchante tejano a exponer el cuadro en nuestra ciudad, pero hasta la fecha no ha recibido respuesta alguna. El interés del museo de Slim puede acabar llevando la pintura a México sin que los sevillanos tengan la oportunidad de verla de nuevo desde que salió de Sevilla en 1840.