Doce días antes de las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023, el entonces candidato a la Alcaldía de Sevilla y hoy regidor de la ciudad, José Luis Sanz (PP), presentó ante arquitectos, urbanistas y paisajistas su proyecto ‘Sevilla con identidad propia‘. En dicho acto, Sanz anunció la redacción de un libro de estilo para lograr la uniformidad estética en el paisaje urbano de la ciudad, pero por lo visto esa uniformidad tiene al menos una llamativa excepción: los bancos de plástico reciclado con el color corporativo (rojo) del Banco Santander.
En esa reunión con representantes del mundo de la arquitectura y el diseño, a quienes prometió que acabaría con los pavimentos multicolores y el mobiliario dispar, José Luis Sanz se expresó en los mismos términos de una nota de prensa que emitió el PP el 15 de diciembre de 2021, del siguiente tenor:
"El candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, José Luis Sanz, tras realizar un recorrido por diversas calles del casco histórico ha podido comprobar la falta de unidad estética que hay en la ciudad, que ya debía contar con una ordenanza o plan de paisaje.
Así, Sanz ha explicado que “Sevilla necesita un libro de estilo que regule el paisaje urbano, es inconcebible que en una misma calle haya cuatro o cinco tipos de pavimentos, que haya papeleras distintas, farolas o señalética dispar y mobiliario urbano diferente por la falta de normas que lo regulen”. Ha añadido que “es hora de que haya un manual de identidad corporativa que determine el modelo de paisaje urbano, para así evitar la heterogeneidad y falta de armonía”.
El candidato del PP ha señalado que “no podemos pasear por una calle y ver distintos tipos de pavimentos, fachadas de varios colores o mobiliario urbano dispar, esto da sensación de desorden, caos e incluso de ciudad degradada”. Por ello, “proponemos que haya un patrón a seguir, un libro de estilo que fije el tipo de pavimento, la paleta de colores para que las fachadas tengan todas las misma uniformidad así como el modelo de mobiliario urbano. En definitiva, un manual que defina qué actuaciones se pueden acometer y cuáles no y que unifique el espacio urbano”.
Además, en el caso del Casco Histórico “pedimos que se vele por todos los aspectos que pudieran ser disonantes con la fisionomía de la ciudad”.
Sanz ha recordado que “en 2018 se aprobó la elaboración de una ordenanza de paisaje urbano, pero tres años después aún no se ha presentado nada definitivo en la Gerencia Municipal de Urbanismo”. Ha indicado “otro ejemplo más de la nefasta gestión del equipo de gobierno de Espadas”.
El candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla ha concluido que “Sevilla debe tener unas directrices que fije el mobiliario y pavimento que debe tener las calles, un único criterio que evite que haya vías con pavimento multicolor, fachadas de diversos colores o mobiliario urbano dispar. Nuestra ciudad no puede seguir mostrando esta imagen de desorden y caos”.
LA EXCEPCIÓN
Eso era en diciembre de 2021 y en mayo de 2023, pero el 22 de abril de 2024 el alcalde rompió con la coherencia de su discurso estético al aceptar del director territorial del Banco Santander en Andalucía, Manuel de la Cruz, la donación de 33 bancos por parte de la entidad financiera de origen cántabro.
En realidad la donación formaba parte de una campaña de imagen del banco que iba a tener como telón de fondo el paisaje urbano de Sevilla, ya que con el regalo de 33 bancos fabricados con tarjetas de crédito recicladas la entidad financiera quería demostrar su compromiso con el reciclaje y la economía circular.
El detalle diferencial es que esos bancos no se atenían al principio de uniformidad estética del libro de estilo del alcalde, ya que eran y siguen siendo estridentemente rojos, como corresponde al color corporativo del Santander. Por decirlo claramente: no ha sido el Banco el que se ha atenido al libro de estilo del paisaje urbano de Sevilla según Sanz, sino la Sevilla de Sanz la que se ha plegado al libro de estilo de Ana Patricia Botín, la presidenta del banco.
Y hasta el punto de que el alcalde, súper crítico con sus antecesores socialistas, no tuvo el menor inconveniente en aparecer fotografiado junto al director territorial de la entidad financiera sentado en uno de esos bancos, colocados junto al Palacio de Yanduri, la sede de aquélla en Sevilla.
Se dijo entonces que los estridentes bancos de plástico rojo instalados en sitios como las calles Virgen de Luján y República Argentina y junto al Palacio de Yanduri permanecerían allí de forma temporal para, posteriormente, ser colocados en parques y jardines de los barrios.
Sin embargo, han pasado más de cinco meses y los bancos que según el criterio estético del alcalde serían inaceptables para Sevilla siguen en su sitio. Al menos, los de la Puerta de Jerez, que desentonan totalmente con los de madera de color marrón que llevan allí años. Además, crean un tapón para la circulación de los peatones entre la calle San Fernando y la Avenida de la Constitución.
Los bancos de Santander son la prueba que deja en evidencia el discurso estético de José Luis Sanz sobre la necesidad de implantar un estilo y un color únicos en las plazas y espacios públicos de Sevilla.
A la hora de la verdad el color que importa es el del dinero.