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San Fernando

Test de inteligencia para primates

La opinión que tienen los ciudadanos sobre los políticos no difiere mucho de la que tienen sobre los sindicalistas.

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Las personas y los colectivos se califican o descalifican en función de lo que hacen o de lo que dicen, pero sobre todo por cómo lo hacen y cómo lo dicen. A veces el prestigio ganado a pulso durante muchos años salta por los aires por una mala salida de un momento puntual tras la que las disculpas no valen porque el error ha mostrado la verdadera cara, la cara oculta que ya se sabe que está ahí y que más pronto que tarde volverá a salir.

Han sido muchos los concejales y concejalas -este vez está bien poner los dos géneros y no sólo el literariamente neutro- que han aguantado años manteniendo una imagen inmaculada digna de admiración y los nervios los han mostrado del revés.

De la misma forma que ha ocurrido al revés, personas que se han atemperado con el ejercicio del poder o con el de la oposición, con la experiencia en suma, y han terminado siendo ejemplo de buenas prácticas democráticas. Pero en ninguno de los dos casos se puede tapar lo que se ha mostrado de forma tan infortunada.

Las declaraciones a través de una nota de prensa del Sindicato de la Policía Local Independiente (SPLI) de San Fernando esta semana sobre el concejal delegado del área, Daniel Nieto Vázquez, es uno de esos casos  mencionados y su salida de tono tan contrario a lo que acostumbra -siempre fuerte y enérgico, pero siempre correcto- deja claro que había algo más que en este caso demuestra al menos la catadura política, sindical y literaria de, al menos, quien ha redactado el escrito.

Y por supuesto que haría falta un test de inteligencia para ocupar cargos públicos, aunque sería mejor un test sobre valores que tan poco se prodigan no más se envenenan con el ejercicio del poder. O vienen así de fábrica.

Pero no hay que olvidar que la percepción que tienen los ciudadanos sobre los políticos no difiere mucho de la que tienen sobre los sindicalistas.

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