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Mariano Domínguez jura el cargo de hermano mayor de Vera-Cruz

Afronta una de las etapas más difíciles de la historia de la hermandad por los embargos que pesan sobre la misma tras la polémica con la escuela taller Cristo Viejo.

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  • Jurando el cargo. -

Mariano Domínguez Morillo se convirtió de forma oficial el viernes, como hermano mayor de la hermandad de la Vera-Cruz, tras la dimisión en Cuaresma del hermano mayor y tras desempeñar desde entonces el cargo, en funciones, como segundo hermano mayor que era. En el mismo acto, tomaron posesión también dos nuevos miembros de la junta de gobierno, como Antonio Puerta Martínez y Francisco Tocino Márquez.

El nuevo hermano mayor afronta una de las etapas más difíciles de la historia de la hermandad, por los embargos que pesan sobre la misma, como consecuencia de la situación de impago de la última fase de la escuela taller Cristo Viejo, promovida por la Junta de Andalucía con el compromiso de hacerse cargo del costo total de la escuela taller, pero cuya promesa quedó en el aire hasta tanto en cuanto la hermandad no justifique unas facturas correspondientes  al 25 por ciento del costo que asciende a 168.000 euros.

El Obispado debe mover ficha

Desde antes de Semana Santa, la hermandad está a la espera de que el Obispado de Cádiz y Ceuta dé el paso para una reunión a tres partes donde se incluye a la Consejería de Empleo, y en este caso al delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, que fue uno de los promotores de esta escuela taller junto con el entonces concejal Carlos García Caballero.

La Junta de Andalucía también está a la espera de esta reunión, y además con prisas, ya que los plazos administrativos llegan a su final, en unos momentos donde la capacidad económica de la Junta de Andalucía, con sus recortes y los obligados también por el Gobierno de España, hacen todavía más difícil el pago de la deuda pendiente.

Por parte de la hermandad se confía en la buena voluntad de Fernando López Gil y aseguran que la hermandad no puede hacer frente a la deuda existente, pues no existe dinero siquiera para adquirir lo más mínimo, toda vez que los embargos de las cuentas bancarias y hasta del almacén, la tienen atada de todo movimiento.

Sólo una implicación del Obispado y los acuerdos de una reunión tripartita pueden salvar a la hermandad, ya que de lo contrario, son ya muchas las voces que apuntan a su posible desaparición. Por otro lado, hay hermanos que piden un esfuerzo para impedir por todas que la hermandad desaparezca después de tantos años de historia y labor.


 

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