Las 10:30 marcaba el reloj cuando ya se disponían en el lateral del Castillo de Luna (justo en la puerta de acceso al salón capitular) la Banda de Música Maestro Enrique Galán que entonarían el himno de la Alegría como preámbulo del acto de izada de la bandera de Rota. Además, durante este evento se priorizó al alumnado de los diferentes centros educativos tras el concurso de redacción por el Día de Rota. Álvaro Rodríguez, ganador de la categoría A, y Candela Toaja, ganadora de la categoría B, fueron los encargados de relatar sus escritos acompañados de la Corporación Municipal, Damas del Rosario y asistentes que se congreraron para disfrutar de la primera actividad del segundo día de las Fiestas Patronales.
Álvaro Rodríguez tomó la palabra con nerviosismo y entusiasmo, su niñez se podía percibir en su mirada perdida que únicamente buscaba el cobijo de su madre para aplacar sus emociones. Al ser llamado y recibir su correspondiente diploma y premio de manos del primer edil roteño, Javier Ruiz Arana, era llamado a la lectura de su redacción a lo que joven roteño manifestó al máximo su inociencia preguntando: "¿Ahora qué hago?". Todos los allí presentes no pudieron contener unas carcajadas que eran un abrazo con aquel niño perqueño que fueron. Aquel niño tituló su relato como 'Un paseo por Rota'.
Álvaro recreó el reencuentro de dos amigos (Lucas y Leo) en Rota, su aventura comienza con un paseo por el pinar de la Almadraba, una localización que explicó que anterioridad no existía. El pinar fue la solución de los lugareños para evitar la pérdida del cordón lunar, antes el mar reinaba aquel espacio hasta su retroceso y cesión del terreno. Lucas, originario de Rota, explicaba a su amigo foráneo quienes plantaron aquellos pinos y en su incesante paseo por la zona alcanzaron Los Corrales. El joven roteño cuenta a su amigo que los 5 corrales que ve en esos momentos, un día fueron ocho y no perdió detalle para explicar ese arte de pesca que se retoma al tiempo de los romanos. "Los corraleros despescan, mientras que los pescadores pescan" puntualizaba Álvaro Rodríguez en un cierre clarificador de la detallada explicación sobre la labor de los corraleros y su importancia en el municipio.
"El hambre nos alcanzó" continuaba tras su paseo en aquel punto del municipio, el joven alumno roteño comentaba que ante la tentativa de su amigo de ingerir la tradicional pizza roteña, Lucas rehusó la propuesta de Leo y le llevo a probar la rica gastronomía roteña: primero un aperitivo en la bodega El Gato para continuar en un restaurante de la zona para probar la urta a la roteña. Álvaro Rodríguez desdibujó con esta historia de amistad y reencuentro desdibujaba a la perfección a la localidad porque desde sus imponentes parajes naturales paseó por el centro histórico, resaltando la imponente figura del Castillo de Luna, habló de tradiciones, formas de vida y gastronomía. Álvaro relató cómo estos amigos se despidieron con el fin de "seguir descubriendo y aprendiendo de Rota".
Posteriormente, fue el momento de la lectura de la ganadora de la categoría B, Candela Toaja. La joven alumna roteña acudió a los recovecos de los recuerdos de los más mayores para esbozar la evolución de una localidad que "siempre ha sido un lugar para el amor". Sofía, coprotagonista del relato, pregunta a su abuela, Carmen, ¿cómo conoció a abuelo?. Las fiestas de la noche de San Juan de hace más de 50 años era el telón de fondo para una historia de amor que ahonda en una premisa clara: Rota es mucho más que su gente, gastronomía y/o naturaleza; Rota es su ciudadanía.
Candela Toaja profundizó en esa historia de amor que bien podría ser la de cualquier pareja en la localidad, potenciando esa concepción de abordar un municipio desde historias ocultas que hacen ciudad. Rota, verano y amor eran ingredientes de un romance ante el que cualquiera podría acogerse porque como bien dijo la protagonista de este íntimo diálogo: "Rota siempre ha sido mi refugio". Candela esbozó a través de las palabras de Carmen a su nieta una Rota pasada que muy lejos queda de la actual, pero ante la desilusión aparente presentada por Sofía, su abuela saca pecha con una sonrisa de que no hay que temer a los cambios. Principalmente porque la joven alumna roteña en su relato nos regala una constante prolongada e inalterable en el tiempo: "Rota siempre ha sido un lugar para el amor".
Una vez concluida las lecturas de sendos ganadores de las categorías aplicables se procedió a la izada de bandera al son del himno de España de manos de José Ramón Alonso, miembro del OMIC durante una gran parte del tiempo, con la colaboración de Álvaro Rodríguez y Candela Toaja que portaban la bandera que ya ondea en la puerta de la entrada del salón capitular del Castillo de Luna.