El delegado de Obras y Urbanismo del Ayuntamiento de Ronda, Francisco Márquez, ha querido aclarar que, en sus declaraciones del pasado miércoles, se limitó a enumerar las deficiencias visibles que pudieron apreciar en la visita a la nueva biblioteca. Ha asegurado que, en ningún caso, hacía referencia a los técnicos municipales y al estudio redactor del proyecto ya que entiende que los trabajos se ajustan al pliego de condiciones, habiéndose certificado estos extremos por los técnicos del Ayuntamiento de Ronda, dejando claro que biblioteca no tiene problemas en su estructura y es perfectamente utilizable.

Desde el Consistorio se ha querido defender el control realizado por los profesionales que han supervisado el proceso de construcción y de recepción para lograr que las obras se hayan realizado conforme a lo establecido y al proyecto ganador del concurso, así como los trabajos del estudio redactor del proyecto que cumplen con la normativa vigente. Sin embargo, Márquez ha querido poner de manifiesto, “para que los rondeños sean conscientes, la realidad de un proyecto que no responde a las necesidades de la ciudad y que es una muestra de una gestión que lo único que buscaba era conseguir rentabilidad política”. Según ha afirmado el delegado “a día de hoy el Ayuntamiento de Ronda va a tener que devolver los 900.000 euros a la Diputación Provincial de Málaga ya que no se han cumplido los plazos marcados a la hora de conceder la subvención y desde el Ayuntamiento se ha realizado unas alegaciones  para lograr que no se tenga que devolver dicha cantidad”, señalando que el problema en ningún caso tiene que ver con la construcción y la ejecución del proyecto.

Entre otras cuestiones el nuevo equipo de Gobierno va a trabajar  junto a los técnicos para solucionar las diferentes deficiencias encontradas, destacando la falta de una barrera de insonorización para “ampliar” las zonas de lectura y estudio, que no figuraban en el proyecto; el reparto de las estanterías de libros; la entrada de sol directa en muchos de los puntos de la sala y los reflejos que se producen en la zona informática. Igualmente solicitará a la empresa constructora el arreglo de algunas de las deficiencias que se encuentran dentro de las garantías a las que deberá responder. Habiéndose detectado rotura en algunos en algunas de las cristaleras por el montaje de las mismas, goteras en el entorno de la escalera que da acceso a la segunda planta, puertas que no encajan y la necesidad de construir un habitáculo para las instalaciones de luz y climatización.

Además ha reiterado los problemas que se han encontrado en la estructura organizativa del reparto de los espacios y del mobiliario, habiéndose perdido casi la mitad de los puestos de lectura que han pasado de 165 a 84. Márquez señala que, por lo tanto, “es mera propaganda el calificar a esta instalación de comarcal cuando después de la importante inversión realizada da menor servicio que la anterior biblioteca”.

Ha insistido en destacar el carácter constructivo del nuevo equipo de Gobierno que lo único que hace es “defender los intereses de los ciudadanos y exigir que los proyectos cumplan las necesidades de la ciudad”.

Por último, el delegado ha querido tranquilizar a los ciudadanos al afirmar que “desde el Ayuntamiento seguimos trabajando para evitar que los rondeños tengamos que pagar los desastres del anterior gobierno y dar soluciones a todos las deficiencias y problemas que existen”, asegurando que el desarrollo del proyecto ha sido un total despropósito que comenzó en la elección, sin consenso, del lugar de construcción junto a una nueva estación de autobuses, un proceso de concurso que contó con denuncias y que ha terminado con la petición de desembolso de 900.000 euros por el ente provincial.