Manías y supersticiones rodean al sorteo de lotería más esperado del año, que da el pistoletazo de salida a la Navidad, tanto que el azar asociado a este tipo de juegos queda siempre en un segundo plano cuando se habla del sorteo del 22 de diciembre. Una historia más que llamativa ha provocado uno de esos movimientos en masa en torno al sorteo de Navidad, con epicentro este año en Ronda y, en concreto, en el Hospital, donde una especie de premonición por parte de un paciente que acabó falleciendo a colocado en la ciudad decenas de décimos con un número concreto, el 33.435.
“Fue un paciente que acabó falleciendo, y habló con un enfermero”, relató uno de los sanitarios. Otro empleado del centro hospitalario aseguró que “no me extrañaría que al final todo sea cosa de uno de estos bulos que salen de vez en cuando, y la historia no parece nueva”. El caso es que son muchos los trabajadores del Hospital Comarcal de Ronda que llevan ese número, y encontrarlo no ha sido fácil, puesto que se vendía en dos administraciones del norte de España, en Burgos y Cantabria.
Juan Alejandro González es el administrador de la tienda de loterías de Cabezón de la Sal, una pequeña población industrial de 10.000 habitantes en Cantabria: “Estamos junto a San Vicente de la Barquera”, afirma para situar su pueblo en la otra punta del mapa de España. Desde allí se han enviado a Ronda 70 décimos de ese número; el resto ya se había vendido en la provincia cántabra cuando comenzaron a llamar los rondeños: “Me han llamado más de 200 personas a las que no hemos podido atender”, afirmaba este lotero, que asegura que este tipo de situaciones son más o menos habituales en torno al sorteo de la Navidad.
No demasiado lejos de allí, a apenas 175 kilómetros, en Burgos ciudad, la administración El Gato Negro, que regenta María Ángeles Balbás, ha vendido el resto de décimos con ese número que han llegado hasta nuestra ciudad: “Media Ronda debe tener ese número. Me ha llamado muchísima gente. La primera llamada se recibió el 15 de octubre, y el pasado viernes día 13 se vendió el último que nos quedaba”. La administradora no quiso precisar el número exacto de décimos enviados a Ronda, pero sí relató una anécdota: “Ha venido gente de Ronda aquí para comprar el número. Durante el puente, vino alguien de Ronda y se llevó algunos décimos”. En sus 30 años en este negocio familiar, la administradora afirma haberse encontrado en ocasiones anteriores con alguna historia de este tipo.
No sólo han sido trabajadores del Hospital quienes se han hecho con el número. Rafael, un frutero de Ronda, llegó a comprar hasta 8 series; muchos de los décimos los repartió entre sus familiares; otros los vendió a sus clientes. Pese a todo, si el número toca o no “es simple cuestión de suerte”, decía esta semana un enfermero del Hospital de vuelta a la realidad.