Las religiosas clarisas que han dejado el monasterio de Santiago Apóstol que han habitado en Guadix, en la provincia de Granada, durante casi cinco siglos, están a la espera del decreto de supresión de la Santa Sede antes de decidir qué harán con la parte del inmueble sobre el que haya de decidir esta orden franciscana.
Así lo han indicado fuentes de la orden franciscana después de que las cuatro hermanas que permanecían en el convento de Guadix se hayan trasladado hace unas semanas al Monasterio Santa Isabel de Hungría, en Valladolid.
En el inmueble accitano hay una parte "vendible", correspondiente con la huerta y unas viviendas de la comunidad adjuntas a la iglesia de Santiago, cuyo futuro se decidirá conforme a las necesidades de la orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara. En este contexto, no está previsto en el corto plazo tampoco ningún proyecto de reforma en el inmueble.
Antes, las clarisas esperan el denominado decreto de suspensión que ha de emitir Roma, para el cual barajan un plazo de unos tres meses. Este documento oficializará que el convento adosado a la iglesia, donde aún han de volver a por objetos personales, ha quedado deshabitado.
La iglesia parroquial, dependiente del Obispado, sigue funcionando con normalidad, mientras que el espacio que se ha utilizado hasta la fecha como convento también está previsto que quede, una vez llegue el decreto de supresión, al servicio de la Diócesis para actividades como catequesis.
Las hermanas clarisas franciscanas no tienen contemplado volver en el medio plazo a Guadix, han agregado las mismas fuentes, que han explicado que ello "no es posible", pese al deseo expresado por las hermanas tras la celebración de una eucaristía en la iglesia de Santiago con la que la ciudad granadina las despidió el pasado 15 de marzo, presidida por el obispo de Guadix, Francisco Jesús Orozco, quien pidió por las vocaciones a la vida consagrada.
Según han informado fuentes del Obispado de Guadix, el monasterio "queda a la espera" de que pudiera darse esa vuelta, si bien, por el momento, el número de hermanas que había, no les permitía permanecer en el convento, por lo que hubieron de marchar a Valladolid.
Las clarisas han estado en Guadix desde el año 1538, conocidas por muchos popularmente como las religiosas de Santiago. En su carta de despedida, estas monjas han recordado que siempre han participado, desde el convento, "de los acontecimientos gozosos y dolorosos" de la ciudad.
"Os hemos acompañado, como unas accitanas más, con nuestro afecto, cercanía y oración. Hemos experimentado que el convento de las clarisas ha sido corazón espiritual para Guadix. A él acudían los accitanos para pedir oraciones o para dar gracias por los favores recibidos de Dios", señalaron en la carta, de la que informó la Diócesis.
En cuanto a los motivos de su marcha, se expresaron en los siguientes términos: "la falta de vocaciones hace que tengamos que marcharnos de la que ha sido nuestra casa. No queremos hablar de despedida, pues siempre viviremos con la esperanza de que un día las hijas de Santa Clara regresarán a Guadix".