La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a seis años y medio de prisión a un joven de nacionalidad lituana por propinar un fuerte puñetazo a otro en la cara, provocándole la pérdida de un ojo, tras discutir con él por un cigarrillo, y por lesionar a uno de los agentes de la Policía Nacional que participó en su detención por la agresión.
El tribunal lo condena a un delito de lesiones con deformidad a cuatro años de cárcel, a otros dos años y medio por el delito de atentado, con la circunstancia agravante de reincidencia, al pago de una multa por una falta de lesiones, y a una indemnización para su víctima de 23.000 euros por las lesiones ocasionadas, según consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press.
Además de éste, Viktoras P., los magistrados han condenado a otros dos jóvenes que lo acompañaban el día de la agresión, Donatas J. y Titas P., a seis meses prisión por un delito de resistencia, absolviéndoles del delito de lesiones por el que también fueron inicialmente acusados.
Los hechos se remontan a las 1,25 horas del pasado 8 de septiembre de 2012, cuando los tres jóvenes lituanos, de 27, 20 y 21 años, se encontraban consumiendo cerveza en la Plaza del Tranvía, en Motril (Granada). Uno de ellos se acercó de pronto a dos hermanos para pedirles un cigarrillo, pero se originó una discusión entre ellos. Al subir ésta de tono, y dada la actitud del acusado, los hermanos salieron corriendo por temor a ser agredidos, y se dirigieron a un 'Kebab', con la intención de refugiarse en los lavabos.
Los tres procesados les siguieron y el primero, Viktoras P., le propinó un fuerte puñetazo en la cara a uno de ellos, lo que le hizo caer de inmediato al suelo. Como consecuencia de la agresión, el joven sufrió el estallido ocular del ojo izquierdo, y su ablación, ocasionándole un perjuicio estético importante, según consta en el fallo.
Alertada la Policía, acudieron varios agentes al lugar, ante lo que los procesados mostraron una actitud renuente, y se opusieron a su detención mediante fuertes empujones y manotazos. Así, tuvieron que ser reducidos e introducidos en el vehículo policial para su traslado a Comisaría, y, en el trayecto, Viktoras P. le propinó un cabezazo a uno de los policías, hiriéndole en el labio. También el acusado, que había sido condenado años antes por atentado a la autoridad y robo, tuvo que ser reducido cuando iba a ser introducido en los calabozos por las patadas que pretendía dar a los agentes.
Contra la sentencia cabe la interposición de recurso de casación ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo.