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“Se vivieron situaciones inaceptables en las residencias de mayores”

Médicos Sin Fronteras, que actuó en 486 centros en toda España, 17 en Andalucía, reclama un cambio de modelo. “El residente no puede ser un cliente rentable”

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Andaluc�a Informaci�n
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  • Médicos Sin Fronteras -

El documento ‘Poco tarde y mal. El inaceptable abandono de los mayores en las residencias durante la Covid-19 en España’, elaborado por Médicos Sin Fronteras y difundido esta semana, ha conmocionado a la opinión pública por su dureza. “Muchos murieron en soledad, deshidratados, en agonía (por distrés respiratorio) y sin cuidados paliativos”, señala la publicación.

Luis Encinas, asesor médico de la organización para la respuesta Covid-19 en España, concluye que, de acuerdo a las actuaciones llevadas a cabo en 486 residencias de seis comunidades autónomas, 17 de ellas en Andalucía, “la respuesta a la crisis sanitaria ha fallado y se han vivido situaciones inaceptables en pleno 2020”.

En este sentido, considera que “la salud no puede ser un artículo de lujo” ni el residente, “un cliente rentable”. Tampoco se puede discriminar a nadie por su edad. La entidad ha observado una absoluta “falta de consideración del ser humano” en muchas de las instalaciones en las que han estado presentes que obliga a actuar para que, en caso de que la situación vuelva a descontrolarse, no cometer los inexcusables errores registrados.

Entre otros, indica las férreas medidas de aislamiento de los residentes, a veces de forma indiscriminada, y a la restricción o denegación de despedidas, visitas o movilidad dentro de la residencia, que con consecuencias físicas y psicosociales.

Encinas considera que es preciso mejorar la coordinación  para “dar una respuesta única, clara”. La manera de actuar entre el Gobierno central y los ejecutivos regionales, lamenta, “no fue ejemplar”. En segundo lugar, señala la necesidad de mejorar la colaboración entre centros y con los hospitales, compartiendo el mismo modelo de gestión de datos e información.

Por último, apunta a un cambio de comportamiento social, que sitúe al individuo y el respeto de sus derechos y dignidad en el foco. Por otro lado, advierte de que la red de atención primaria no ha servido para contener la pandemia, de manera que considera que hay que reforzar la fortaleza de los servicios asientenciales y sanitarios.

En este punto, se refiere a la necesidad de contar con material de protección adecuado y suficiente y formación continua para el personal. Por último, remarca la importancia de diagnosticar de manera precoz y tener claro cómo actuar ante un positivo. Todo ello, concluye, debe estar recogido en un plan de contingencia, entendiendo dicho plan “como un documento vivo” dotado de recursos financieros, humanos y materiales.

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