Cuando abrió sus puertas por primera vez en 1924, la librería Bozano, la más antigua de Andalucía, no sabía que para sobrevivir tendría que enfrentarse a tantos contrincantes: desde la censura del franquismo a la llegada del libro electrónico.
Pero ahora la librería Bozano cumple 95 años, y lo hace enfrentándose a una nueva batalla, la de los gigantes de la venta por Internet que amenazan la viabilidad de los pequeños negocios.
La librería más antigua de Andalucía nació en un mundo muy distinto: Miguel Primo de Rivera acababa de desterrar a Miguel de Unamuno, Adolf Hitler había sido condenado a cinco años de cárcel por provocar disturbios, la Unión Soviética tenía tan solo dos años de vida y faltaban doce años para la Guerra Civil española.
Noventa y cinco años después y en un mundo que tanto ha cambiado, esta librería continúa en la calle Rosario de San Fernando (Cádiz) en la que fue abierta por Francisco de Paula García Bozano.
Hoy su hijo, Francisco de Paula García Barroso, y su nieta, Cristina García Guaita llevan las riendas del negocio con la misma ilusión que el primer día.
Francisco comenzó a trabajar en la empresa familiar en 1956, y lo hizo limpiando cristales hasta que su padre fue poco a poco dándole mayor responsabilidad.
En 1990 lo hizo Cristina, y al igual que su padre, comenzó desde abajo.
"La proeza comienza con mi padre en el año 1924. Empezó con un pequeño local de veinte metros que se dedicaba exclusivamente a la venta de prensa. Con el paso de los años el local se fue ampliando hasta unos setenta u ochenta metros y aparecieron tebeos como 'Tarzán' o 'El Guerrero del Antifaz'", comenta a EFE Francisco.
Eran otros tiempos: "antes se vendía mucha más prensa que ahora y no había tantos medios de comunicación. En esta zona de Cádiz la prensa de Madrid llegaba con un día de retraso".
Francisco recuerda que "San Fernando ha sido siempre una población con muchos militares por lo que se vendían más periódicos nacionales que en Cádiz".
"Además, había dos empresas como la Empresa Nacional Bazán (actual Navantia San Fernando) y la Fábrica de San Carlos, que se dedicaba la construcción naval, y yo recuerdo que en los años setenta había una estantería llena de libros técnicos de buenas editoriales como Mcgraw Hill o Marcombo", recuerda.
Durante la dictadura vivieron el peso de la censura: "los momentos de mayor control fueron en la última etapa de Franco, desde el final de la década de los sesenta hasta su muerte en 1975".
Francisco cuenta una anécdota en la que "un día, llevando yo aquí unos diez años en la tienda, llegó una pareja de la policía secreta señalando una serie de libros y diciendo que se los tenían que llevar. Eran libros editados en Buenos Aires (Argentina), libros de Pablo Neruda o cualquier autor español exiliado".
Con la muerte del dictador, llegaron los "años de más prosperidad hasta mediados de los 90, hasta un poco después de la EXPO de Sevilla de 1992 fueron los mejores años".
La librería fue cogiendo fama hasta tal punto que Pilar Franco fue a firmar ejemplares de su libro "Nosotros los Franco", al igual que José María Gironella con su obra "Un millón de muertos".
Llegó Internet y cambió todo. "Al principio vendíamos muchos libros de informática, pero con la expansión de Internet también dejaron de venderse".
Cristina asegura que "el declive ha comenzado con la llegada del libro electrónico".
La última crisis económica ha afectado también al negocio: "Ha habido una crisis tan grande que aún no ha terminado, nos ha cogido el avance de Internet, el libro electrónico y el auge de grandes empresas como Amazon, que nos están volviendo locos a las librerías, a las editoriales y a las distribuidoras".
"Todo ha cambiado, antes un alumno no iba al colegio con un libro fotocopiado. Cuando yo estudiaba la gran mayoría de mis compañeros compraban aquí los libros. Ahora en los colegios con 11 años les ponen una tableta a los niños", relata Cristina.
Los jóvenes cada vez acceden antes a la tecnología y se van alejando de los libros.
"Los niños compran muchos libros, tanto ellos como sus padres. Pero a partir de los 10 años hay un lapsus y cuando cumplen los 20 años vuelven a comprar libros", explica.
Los libreros no pasan página a la incertidumbre de su negocio: "no sabemos qué va a pasar con la generación de los millenials, si van a seguir leyendo libros, si van a optar por el libro electrónico", señala Cristina.
Hay un fenómeno mundial, los youtubers, que, como quitan, dan lectores porque muchos de ellos están publicando libros.
Para Cristina "es una estrategia de las editoriales para atraer a un público joven y que compren el libro, aunque después no lo lean".
La gran celebración por estos 95 años la harán el próximo 23 de abril, el Día Internacional de Libro, con una lectura continua de El Quijote en la que participará la alcaldesa de la ciudad, Patricia Cavada.
Francisco saca una pequeña postal: "la publicamos al cumplir ochenta años y me propuse llegar a los 95 años y aquí estoy, así que si la salud me lo permite llegaré a los cien años".
Padre e hija siguen cada día intentando sacar adelante el negocio familiar que abrió sus puertas por primera vez en 1924.
Lo intentan con mucho trabajo y esfuerzo, y pensando, quien sabe, si cualquier tiempo pasado fue mejor o si habrá futuro para este negocio que lleva casi un siglo de resistencia.
Provincia de Cádiz
La librería Bozano, la más antigua de Andalucía, cumple 95 años
Se ha enfrentado desde la censura del franquismo hasta la llegada del libro electrónico. Se encuentra ubicada en San Fernando
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