El resultado de las pasadas elecciones municipales, no dejó lugar a duda. Los vecinos y vecinas de Jaén votamos mayoritariamente por la renovación y por el cambio. El proyecto del Partido Popular estaba agotado. La ciudad arruinada, sucia, con servicios que no funcionaban y gestionados por un equipo de gobierno carente de ilusión e ideas. Sin olvidar la imputación al anterior Alcalde.
Con los servicios básicos bajo mínimos: la limpieza, el mantenimiento urbano, las instalaciones deportivas, los cementerios, la seguridad ciudadana, el tráfico, las licencias de obras, el transporte urbano… No nos dejaba de sorprender la arbitrariedad a la hora de asignar los escasos recursos. No faltaba dinero para comprar lejía a precios astronómicos mientras que el papel higiénico en las oficinas municipales lo debían llevar los empleados. Despedían empleados del IMEFE, no reponían la plantilla de cementerios y sin embargo hacían empleados municipales a los contratados por el Plan Urban, o a becarios una vez concluido su contrato.
No había dinero para poner en marcha el tranvía, dotar el centro social de Santa Isabel, cuidar el casco antiguo, terminar el aparcamiento de la Alameda o construir nuevos nichos en el cementerio y sí para mantener un servicio de televisión local que no es básico y que fue creado para gloria y exaltación del Partido Popular. El Consejo Audiovisual de Andalucía ha publicado que en el periodo 2017-2018 los tiempos de la televisión local empleados en dar la palabra a los partidos. Al Partido Popular y al equipo de gobierno les dieron el 84.11%, mientras tanto la oposición no existió, salvo para criticarla. La selección del personal de Onda Jaén lo fue a dedo, en una clara discriminación hacia el resto de profesionales que no tuvieron oportunidad. Costará trabajo olvidar fotos vergonzosas donde se confundían militantes y empleados celebrando la “victoria electoral”, como todo uno. No justifico su despido, la solución laboral deberá atenerse a Ley como con todo el mundo. Pero si estoy por el cierre de la cadena, por ser un servicio innecesario y de alto coste, además de una herramienta que hasta ahora solo sirvió para pervertir la precisa igualdad entre los partidos.
Cuando vemos algunos agentes sociales movilizados para que no se cierre Onda Jaén, solo decirles: cuánto les echamos en falta, ante la arbitrariedad en la contratación de los empleados, o ante la falta de pluralidad de las noticias. No oímos sus gritos por las contrataciones fuera de la ley o por otros despidos municipales, como si los despedidos o los contratados tuvieran categorías. ¿O sí?
Lo de Autobuses Castillo es más de lo mismo, también compartieron foto de celebraciones electorales y quizás por ello fueron prorrogados, aun a pesar del contrato caducado e irregular. Por una vez en esta ciudad estamos todos de acuerdo en algo: no los queremos.
Cuando se vota cambio, no pretendan dejarnos como estábamos, queremos cambio.
