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Recordarán a las víctimas del atentado de la casa cuartel de Zaragoza

Un sencillo monolito ubicado en el parque de la Esperanza de Zaragoza recordará para siempre a las once personas, entre ellas cinco niñas y dos mujeres embarazadas, que fallecieron el 11 de diciembre de 1987 en el atentado perpetrado por la banda terrorista ETA contra la casa cuartel...

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  • Una mujer observa el monolito ubicado en el Parque de la Esperanza. -
Un sencillo monolito ubicado en el parque de la Esperanza de Zaragoza recordará para siempre a las once personas, entre ellas cinco niñas y dos mujeres embarazadas, que fallecieron el 11 de diciembre de 1987 en el atentado perpetrado por la banda terrorista ETA contra la casa cuartel de la Guardia Civil de la capital aragonesa.

El monumento fue inaugurado por el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, en un acto al que se han unido el presidente de las Cortes de Aragón, Francisco Pina; el consejero de Presidencia, Javier Velasco, y el de Justicia, Fernando García Vicente, además de agentes de la Guardia Civil y familiares de las víctimas.

En el monolito se han grabado los nombres de las víctimas: las niñas Silvia Ballarín, Esther y Miriam Barrera, Rocío Capilla y Silvia Pino, y los adultos Pedro Ángel Alcaraz, José Ignacio Ballarín, Emilio Capilla, María Carmen Fernández, María Dolores Franco y José Pino.

Familiares de estas personas han depositado once rosas blancas, una por cada víctima, a los pies del monumento, y algunos de ellos han coincidido en resaltar que les ha costado mucho tener este reconocimiento.

Como Laura, que vivía en la casa cuartel cuando ocurrió el atentado y a pesar de que han pasado 22 años y entonces tenía 14, lo recuerda todo “perfectamente” cada día y lo revive cuando sucede otro atentado, ha explicado a los medios muy emocionada.

Los hermanos Felipe y Lorenza Tocado han comentado que perdieron a su sobrino, que estaba casado y tenía dos hijos, y sólo sobrevivió uno de ellos, un niño de ocho años.

El monolito mantendrá viva la memoria de lo que ocurrió y recordará a las personas que fallecieron, “que servían a intereses importantes”, señalaron, al tiempo que han recordado el momento en que llegaron al lugar después de enterarse del atentado.

“Estaba todo derrumbado, había ambulancias y policía por todas partes, es una experiencia muy mala, que no se olvida”, relató Felipe.

Juan Alberto Belloch, por su parte, insistó en que “recordar y honrar a las víctimas es, sobre todo, un deber moral de cualquier persona decente”.

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