Así lo declaró en la sexta jornada del juicio por el crimen del edil, que comenzó el pasado lunes en la Audiencia de Huesca, en la que han declarado otros dieciocho testigos, la mayoría de ellos contrarios a la gestión del alcalde asesinado, a quien alguno ha llegado a llamar “tirano”.
Marisa Mainar ha indicado que nunca sospechó de su hermano y “jamás” le oyó ningún comentario o vio en él un decaimiento que le hiciera dudar o pensar que escondía algo, mientras que lo ha descrito como una persona muy culta, muy idealista, muy solidaria, siempre dispuesto a ayudar a la gente.
“Creo firmemente en la inocencia de mi hermano”, sentenció la mujer, quien ha opinado que Grima era una persona muy irascible e intolerante, por lo que tenía muchos problemas con los vecinos, aunque no personales.
Respecto a la declaración inculpatoria de su hermano, reiteró que él quería quitar presión al pueblo y pensaba que “si alguien tenía que cargar con el asesinato tenía que ser él”, ya que no tenía “cargas familiares”.
Los testigos que declararon ayer han dejado de manifiesto el ambiente de hostilidad que había en el pueblo. Uno de ellos ha reconocido que se alegró en cierta manera e incluso sintió “cierto confort” al enterarse de la muerte del alcalde.