Un sismo de magnitud 6,5 sacudió la tarde del viernes el sureste de Turquía y causó el derrumbe de al menos una decena de edificios
Al menos 21 personas han muerto y más de mil han resultado heridas por el terremoto de magnitud 6,8 que este viernes sacudió la provincia de Elazig, en el sureste de Turquía, según las últimas informaciones difundidas hoy por AFAD, el organismo público turco de emergencias.
La cifra de muertos por el seísmo, el más fuerte registrado en Turquía desde 2011, era de 21 a las 7.00 GMT, pero se teme que pueda aumentar porque aproximadamente 30 personas siguen atrapadas bajo edificios derrumbados, señalaron las autoridades.
En las últimas horas, los equipos de salvamento han conseguido rescatar con vida a varias personas que llevaban más de doce horas bajo los escombros, entre ellas una mujer embarazada, y los trabajos continúan, informó la cadena NTV.
Unas 1.030 personas han sido atendidas en hospitales de la región, la gran mayoría en Elazig, aunque el terremoto causó heridos en seis provincias vecinas, según datos de AFAD.
En el centro de Elazig, una ciudad de medio millón de habitantes, se derrumbaron tres edificios, si bien el epicentro del seísmo se ubica en Sivrice, un municipio de 10.000 habitantes a una veintena de kilómetros al sur de la capital provincial.
Desde el temblor, que se produjo a las 17.55 GMT del viernes, se han registrado más de 270 réplicas, doce de ellas por encima de una magnitud 4 en la escala de Richter.
Sin embargo, tanto las telecomunicaciones como los sistemas de distribución de electricidad, agua y gas funcionan en la región, indicaron las autoridades.
Más de mil profesionales de salvamento con 18 perros de rescate se han trasladado a la provincia y se han distribuido más de 8.500 tiendas para las personas que han perdido sus casas, además de otras ayudas.
Turquía es uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo porque está situado sobre varias fallas activas, pero los temblores por debajo de una magnitud 6, que no son raros en el oeste de Anatolia, no suelen causar víctimas y habitualmente solo provocan daños menores.
El seísmo más devastador de las últimas décadas tuvo lugar en 1999, cuando un temblor de magnitud 7,4 sacudió la región del Mármara, en el noroeste, y causó unos 17.000 muertos, mientras que en el de Van, en el extremo sureste, de magnitud 7,1, en octubre de 2011, murieron 604 personas.