La posibilidad de que el Reino Unido celebre un segundo referéndum sobre el "brexit" está más cerca que nunca tras recibir el respaldo oficial del Partido Laborista, pero "es aún altamente improbable", señalan varios expertos consultados este jueves.
Alan Wager, investigador en King's College London, observa que "no existe una mayoría de diputados en la Cámara de los Comunes que apoye esa alternativa", la cual, para prosperar, requeriría el voto no solo de toda la oposición, sino de decenas de parlamentarios del gobernante Partido Conservador.
Los académicos coinciden en que es "más probable" que la primera ministra, Theresa May, logre que sea aprobado su acuerdo de salida de la Unión Europea, bien en la votación del 12 de marzo o poco después -siempre que obtenga garantías de Bruselas que permitan convencer a sus colegas más eurófobos-.
Jacob Rees-Mogg, uno de los líderes del ala dura, indicó ayer que, ante la negativa de la UE a renegociar el tratado, aceptarían una clarificación anexa legalmente vinculante sobre la salvaguarda para evitar una frontera física en la isla de Irlanda tras el "brexit", principal escollo para la aprobación del pacto.
"Si May logra persuadirlos de que la salvaguarda no atará al Reino Unido de forma permanente con la UE -lo que, al final, es una cuestión de interpretaciones-, el acuerdo podría ser aprobado", dice a Efe Wager, miembro asimismo del centro de estudios "El Reino Unido en una Europa cambiante".
Ese sector euroescéptico está ahora más dispuesto a ceder terreno no solo por sus propias tensiones internas y presiones de la prensa afín, sino también porque se enfrenta a la posibilidad "de que el 'brexit' no se produzca en absoluto", apunta David Hearne, del Centro de estudios del Brexit de la Universidad de Birmingham.
"Las reglas del juego han cambiado", explica.
"Ayer el Parlamento aprobó que los diputados podrán votar sobre si se retrasa la fecha de salida de la UE y para descartar una salida sin pacto, lo que aumenta la posibilidad de que no se ejecute su ansiada ruptura, sea por nuevas negociaciones, otro referéndum o hasta unas elecciones generales", dice a Efe.
El nuevo contexto "puede empujar a los euroescépticos a aceptar el documento actual con mínimas concesiones para evitar dilaciones y asegurarse de que se sale" del bloque, añade John Curtice, académico de la Universidad escocesa de Strathclyde.
Según Wager, la opción de un segundo plebiscito, tras el que dio la victoria al "brexit" en 2016, cobraría fuerza solo "al final de un hipotético plazo de prórroga concedido por la UE", cuando se hubieran descartado "todas las otras vías".
Hearne advierte, por su parte, de que organizar una segunda consulta "llevaría al menos seis meses", lo que plantea el problema añadido de si el Reino Unido debería participar en las elecciones al Parlamento europeo del próximo mayo.
Otra foco seguro de controversia serían los términos de la eventual consulta.
Los expertos coinciden en que difícilmente tendría "legitimidad democrática" si no incluyera la posibilidad de salir de la UE sin un acuerdo -lo que respalda casi un 30 % de la opinión pública-, además de otras opciones, como permanecer en la UE o salir con el pacto de May.
En opinión de Curtice, otro referendo "no aclararía el panorama y crearía más divisiones".
El Partido Laborista de Jeremy Corbyn sorprendió esta semana al respaldar abiertamente por primera vez la celebración de un segundo referéndum, tras ser rechazado su plan de "brexit" y en ausencia de unas elecciones generales.
Según los expertos, el izquierdista Corbyn, históricamente crítico con el neoliberalismo de la UE, tomó la decisión presionado por las bases proeuropeas y para evitar una escisión irreversible en la formación, tras la marcha de ocho diputados.
El portavoz de la campaña Voto del Pueblo, Thomas Cole, dijo hoy a Efe que es "un gran paso adelante" el apoyo del primer partido de la oposición, y se comprometió a seguir luchando por esa segunda consulta, que, según este grupo, debería incluir la opción de permanecer en la UE.