El líder del partido opositor Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), el exjugador de críquet Imran Jan, ha advertido este domingo al Gobierno de que ni los arrestos ni las torturas a los miembros de su formación paralizará las protestas que ha liderado durante el último mes.
Jan ha realizado estas declaraciones ante una multitud en la ciudad de Islamabad, un día después de que decenas de activistas opositores hayan sido detenidos por las autoridades. "Ni los tigres ni las tigresas temen a los suicidas", ha asegurado.
El opositor ha criticado al primer ministro, Nawaz Sharif, al que ha acusado de "crecer en la guardería de un dictador" y "no conocer al pueblo paquistaní", que según Jan reclama un cambio, ha informado el diario 'Dawn'.
Por su parte, el ministro del Interior, Chaudhry Nisar Ali Jan, ha asegurado que las autoridades no están persiguiendo a ninguna ormación por motivos políticos y que sólo serán detenidos los individuos "que ataquen instituciones".
Nisar ha indicado en una rueda de prensa que todas las detenciones realizadas durante las últimas horas a activistas se han hecho basándose en pruebas, para lo que ha mostrado varias fotografías en las que supuestos opositores estarían atacando edificios e instalaciones gubernamentales.
LOS INOCENTES SERÁN "LIBERADOS"
"Ni el PTI ni el PAT están siendo atacados, es la gente que no respeta la ley la que está siendo arrestada. No podemos tolerar actividades como esta", ha afirmado Nisar. "Si alguna persona inocente ha sido arrestada, les aseguro que será liberada", ha subrayado.
El ministro ha precisado que las fuerzas de seguridad han identificado a una veintena de sospechosos de atacar la sede de la televisión estatal paquistaní, PTV, de los que siete han sido detenidos. Además ha asegurado que han sido robadas ocho cámaras.
Jan y su PTI lideran junto al clérigo Tahir ul Qadri y su Pakistan Awami Tehreek (PAT) las protestas contra el Gobierno de Sharif por múltiples factores --inseguridad, lucha contra los talibán, cortes en el suministro energético, paralización política-- y muchos temen que el Ejército, descontento con la labor del primer ministro, vuelva a asumir un papel predominante a la hora de atajar las manifestaciones.