Según informa este cuerpo policial, la víctima fue trasladada a España mediante falsas promesas de trabajo y, una vez en el país, obligada a ejercer la prostitución con coacciones, amenazas y maltrato psicológico.
La operación arrancó de las informaciones aportadas por la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, fruto a su vez de la colaboración internacional entre fuerzas de seguridad en la lucha contra el tráfico de seres humanos en sus diferentes modalidades.
El presunto responsable de la banda, un hombre de nacionalidad búlgara cuya identidad no ha sido desvelada y que actuaba en connivencia con dos de sus hijos y su hermana.