La NASA ha pedido a la industria espacial de Estados Unidos que proponga nuevas tecnologías para aterrizar cargas útiles en la Luna, dentro de sus planes para regresar con astronautas al satélite.
La petición para CLPS (Commercial Lunar Payload Services) ha sido cursada el 27 de abril, y según un comunicado de la agencia espacial, la intención es acelerar el regreso de un robot a la Luna con las próximas misiones dos o tres años antes de lo planeado previamente.
La NASA tiene la intención de adjudicar múltiples contratos para estos servicios durante la próxima década, se espera que las misiones de contrato a la superficie lunar comiencen ya en 2019, y que la primera misión se produzca a más tardar el 31 de diciembre de 2021.
La estrategia de expansión de la Luna de la NASA busca aprovechar la innovación de las compañías espaciales estadounidenses para construir nuevos módulos lunares. Estas primeras entregas a la superficie lunar respaldarán actividades científicas y misiones de exploración más sólidas proyectadas por la NASA.
La NASA ha identificado una variedad de objetivos de exploración, ciencia y tecnología que podrían abordarse mediante el envío regular de instrumentos, experimentos y otras pequeñas cargas a la Luna. Algunas de esas cargas se desarrollarán a partir del concepto de la misión Resource Prospector de la agencia, proyectado inicialmente para la búsqueda de minerales de interés en la superficie lunar, y que ha sido reconsiderado.
Este proyecto fue pensad como un esfuerzo de una sola vez para explorar una ubicación específica en la Luna, y como fue diseñado, ahora tiene un alcance demasiado limitado para el enfoque expandido de exploración lunar de la agencia, argumenta la NASA.
El regreso de la NASA a la Luna incluirá muchas misiones para localizar, extraer y procesar elementos en áreas más grandes de la superficie lunar. La agencia está desarrollando Resource Prospector para encajar en su estrategia de exploración más amplia, y los instrumentos robóticos seleccionados estarán entre las primeras entregas a la Luna en misiones CLPS.
Simultáneamente, la agencia está preguntando a la industria estadounidense cómo mejorar progresivamente las capacidades de los aterrizadores a través de su solicitud de información de capacidad de transporte de superficie lunar, que cerró el 30 de abril. La NASA está evaluando el interés comercial en el desarrollo de aterrizadores para ayudar a madurar los planes de asociación con iniciativas privadas.
La NASA revisará las respuestas a la solicitud de capacidad de transporte de información y utilizará la información para el desarrollo de un módulo de aterrizaje mínimo de 500 kilos, cuyo lanzamiento está programado para 2022. Las dos misiones de demostración de aterrizaje de mediano tamaño ayudarán a la NASA a comprender los requisitos y sistemas necesarios para un módulo de aterrizaje humano.
Las pequeñas misiones de entrega de carga útil en curso proporcionarán datos importantes sobre la precisión del aterrizaje, la supervivencia a largo plazo, la orientación y la navegación para futuros aterrizadores.
Estos módulos de aterrizaje podrán devolver muestras, prospectar recursos, demostrar el uso de recursos en el espacio, y esto reducirá el riesgo al construir módulos de aterrizaje para humanos.
"Es crítico que Estados Unidos lidere esta presencia sostenida con socios comerciales e internacionales en y alrededor de la Luna. Y este esfuerzo integrado apoyará a los astronautas que regresan a la Luna como lo exige la Directiva de Política Espacial 1", asegura Jim Bridenstine, el nuevo administrador de la NASA.