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Una Navidad compatible con la dieta

Consejos para que las fiestas no se conviertan en una batalla contra los kilos

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  • Comida de Navidad. -
  • Una Navidad compatible con la dieta

Hablar de los meses de diciembre y enero es también sinónimo de comilonas, pero el aspecto social y de disfrute no está reñido con poder mantener una dieta y una alimentación sana. En este aspecto, según explica a Viva Málaga la médica especialista en obesidad, Rocío Martín- Palanca, hay que tener unas directrices muy claras: “Está claro que la Navidad es una fecha muy dada a la comida y en nuestra cultura la mayoría de las reuniones que hacemos es en torno a la comida. En estas fechas hay fundamentalmente seis días, más allá de las comidas previas de empresas y reuniones entre amigos, que son claves. Yo lo que recomiendo es comer con cabeza, compensar. Si por ejemplo se sabe que se va a cenar mucho pues al mediodía hacer una comida ligera un pesado a la plancha, una ensalada. Y ya en la celebración pues se puede comer de todo pero en pequeñas cantidades y disfrutar de la familia”

Y para lo días después de las fiestas, “Cuidarse un  poquito”. “Cuidarse no quiere decir comer todo el día piña, sino comer alimentos  a la plancha, ensalada y por la noche una cena basada en proteínas (carne, pescado, huevo, verdura). La clave es no comer turrón y chocolate todos los días. Si se mantiene una dieta equilibrada, por un día que te permitas una pequeña licencia,  no pasa nada. Después de la Navidad, es importante intentar quitárselo sobretodo apostando por alimentos frescos: desayunos completos, que se olviden de alimentos procesados y hacer ejercicio físico, sobre todo para eliminar lo ganado en Navidad y que no se vaya acumulando.

Cuidar la alimentación es mucho más que comer bien. Es también generarse una calidad de vida y garantizarnos un buen funcionamiento organizamos para evitar complicaciones que puedan jugar una mala pasada. Este buen hábito de debe adquirir desde las edades más tempranas, que añade que por norma general “no comemos bien”. “Tenemos un  bombardeo publicitario de alimentos supuestamente sanos que no lo son y de alimentos procesados que al final tiramos de ellos porque vamos  muy pillados de tiempo. Hay deficiencias en la nutrición por eso cada vez hay un mayor porcentaje de  obesidad y de sobrepeso y en los niños, más todavía”, explica la doctora.

Los hábitos saludables son una inercia que se adquieren a través de muchos caminos como la propia cultura, la educación o una cuestión de ‘arrastre’ familiar, ya que como dice esta doctora del Centro Andaluz de la Obesidad, “los paladares también se  acostumbran” así que a “si a tu hijo- continúa- lo enseñas a tomar fruta todos los días y ve que en su casa se come de todo de forma equilibrada, cuando se haga mayor seguirá una dieta igual que como la ha visto en casa”. Explica, que igual pasa en el lado contrario: si un niño ingiere por costumbre alimentos con azúcares artificiales o mucha sal, cuando tome algo con un índice menor de estos elementos, pues no les sabrá a nada y buscar  alimentos  que los tengan. “Hay gente que nunca ha comido fruta o verdura porque no le gustan”, sentencia Martín-Palanca.

Cuando se ven casos muy extremos de obesidades fácil caer en la pregunta de cómo se llega a ese punto. Y para darle respuesta a una cuestión tan compleja y delicada se puede tirar de muchos hilos, aunque siempre se parte de una base, que es un mantra con prescripción médica muy sano para repetirse cada día: “si tu cuidas tu alimentación no llegas a ese punto”. “Lo que ocurre a veces – tal y como cuenta la doctora- es que son personas, que además de tener una dieta muy mala, o que comen muy rápido y al cerebro no le da tiempo a procesar  el sentirse lleno, hay un gran componente genético. Hay muchos aspectos de la obesidad que aún no están investigados del todo. No es una cuestión de dejarse, porque hay personas que llevan toda la vida luchando contra los kilos”. Martín-Palanca apunta que Hay personas que necesitan comer mucha cantidad para saciarse, y eso influye mucho, pero también la calidad del alimento. En definitiva influyen varios factores: factores genéticos, factores ambientales (cómo se ha educado, qué tipo de alimentos come, etc) y otro factores que quedan por descubrir en la obesidad “que no están del todo claro cómo los podríamos manejar para que el paciente no fuera obeso”. La dieta es el 70 por ciento de la pérdida de peso, pero el ejercicio físico también es importantísimo

En el Centro Andaluz de la Obesidad, tiene un lema muy claro: hoy es el primer día del resto de tu vida. ¿Es posible mantener ese nuevo hábito saludable? “Es un trabajo, también mental que tiene que hacer la persona que quiera cambiar. Aquí trabajamos con una psicóloga para llevar el tratamiento conjuntamente  porque hay muchos pacientes que sus problemas, sus frustraciones  lo solucionan con la comida. El tema psicológico es fundamental”.

Y un último consejo que no se debe olvidar: “La fruta, la verdura y la proteína nunca deben faltar en una dieta”.

 

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