El 6 de enero conlleva en Málaga desde hace cinco años, no solo la visita de sus Majestades de Oriente, sino que se den un chapuzón y completen la Travesía 300 Brazadas Solidarias como así hicieron ayer en el Muelle Uno de la capital.
Un centenar de participantes se atrevieron, junto a Melchor, Gaspar y Baltasar, a darse un remojón en el mar y recorrer los 300 metros rodeados de animación y bajo un sol que intentó caldear la salida del agua a los ateridos nadadores.
Ganadores
El podio masculino lo ocuparon los ya tradicionales Pablo Cordero y Samuel Alaminos, ambos del CN Fuengirola Swimming y, en tercer lugar, Sergio Tejero, de Brazadas Solidarias. La encargada de entregar los premios fue Elisa Pérez de Siles, concejala de Deportes del Ayuntamiento de Málaga.
En cuanto a la clasificación femenina, cuya entrega de medallas corrió a cargo de Julio Andrade, concejal de Cooperación al desarrollo, Turismo y Relaciones Internacionales, estuvo encabeza por la triatleta Patricia Bueno, del Tri-Ándalus. “Es una tradición que llevamos haciendo desde que se empezó a hacer esta travesía y si no se empieza el año con el remojón no hay suerte”, bromeó la ganadora que hizo hincapié en que “yo este año he notado más fría el agua, pero ha estado muy bien”.
La triatleta malagueña resaltó que su principal objetivo para 2016 “es el mundial de Ironman, la distancia más dura del triatlón, en Hawai”. “Ya me he clasificado y voy a entrenar duro para ello”, dijo. También subieron al podio Victoria Galán, del Club Natación Mijas, y Carolina Ponce de León, del RC Mediterráneo.
Superación
Además, hubo una mención especial a Lázaro Ruiz Marín que, con 67 años y sin brazo izquierdo desde hace 10 años, es uno de los incondicionales a estos eventos solidarios. “Hago todas las travesías que puedo, ya llevo muchos años haciendo deporte, pero la natación la practico desde que me quité el brazo”, explicó Lázaro Ruiz que añadió que “antes hacía boxeo y ciclismo”.
Un punto extra para participar en esta carrera es su fin solidario, tal y como explicó Carlos Martín, uno de los participantes: “Al principio había mucha diferencia de temperatura pero luego te acostumbras y es muy agradable”. “Somos un grupo de amigos que siempre nos apuntamos y esta carrera para ayudar a la Fundación Vicente Ferrer, pues mejor todavía”, expuso.
Sin ánimo de lucro
Así, “estamos muy contentos”, apostilló Christian Jongeneel, organizador y fundación de ‘Brazadas Solidarias, quien subrayó que “con esta aportación se facilitará el acceso a cirugías ortopédicas, a muletas, sillas, triciclos o prótesis, entre otros, para mejorar las condiciones de mujeres y niños en Anantapur y Kurnool, en India”.
