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Málaga

Vecinos de Valle de Abdalajís y la burra Margarita inician un encierro para tener agua potable en sus casas

Se retomarán las movilizaciones a partir de este martes tras el incumplimiento de los acuerdos que se firmaron en 2009

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Vecinos del municipio malagueño de Valle de Abdalajís retomarán las movilizaciones a partir de este martes tras el incumplimiento de los acuerdos que se firmaron en 2009 después de 32 días sin salir del Ayuntamiento de la localidad. Así, los afectados, acompañados por la burra más famosa de Málaga, Margarita, iniciarán un nuevo encierro indefinido y muchos de ellos también una huelga de hambre, que no terminará hasta que comiencen las obras para llevar agua potable a sus viviendas.

   Tras una infructuosa reunión con representantes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía el pasado viernes, "ya no esperamos que haya cambios", por lo que, tal y como estaba previsto, el encierro comenzará este martes. De hecho, han criticado que, pese a haber tenido "infinidad de conversaciones" con diferentes responsables, no hayan servido "para nada".

   Los trabajos necesarios para llevar el agua potable a las viviendas aún no han empezado, aunque, eso sí, el cartel de obra está colocado y, lo más importante, la actuación se adjudicó a una empresa, habiendo tomado, incluso, "medidas para ver por dónde conducir el agua", según ha señalado a Europa Press Antonio Bravo, portavoz del grupo de vecinos afectados.

   En la reunión de este viernes "solamente nos han dicho que no hay recursos económicos, pero es que desde 2003, en el que comenzamos a reclamar agua corriente para nuestras casas, han pasado ya muchos años, por lo que la falta de dinero no es ninguna excusa", ha indicado el portavoz vecinal.

   Se trata de unas 40 familias afectadas y la previsión es que en el encierro en el Ayuntamiento de Valle de Abdalajís haya al menos un representante por cada una de ellas. Asimismo, algunos se pondrán en huelga de hambre, como es el caso de Bravo, que, a sus 61 años y tras la reciente pérdida de su mujer sin que hubiera podido tener agua corriente en casa, mantendrá la protesta "hasta las últimas consecuencias". "Ya no hay marcha atrás", ha apostillado.

   "A lo mejor piensan que es un farol, pero no, vamos a estar encerrados hasta que comience la obra", ha manifestado el representante vecinal. En esta protesta, además de tener el apoyo de vecinos de las comarcas de Antequera y de Valle del Guadalhorce y también de Málaga capital y del propio Ayuntamiento de Valle de Abdalajís, estarán acompañados por la burra Margarita, acostumbrada ya a estas reivindicaciones, y que en esta ocasión estará con una cría de apenas unos días.

   Coincide que durante el encierro que mantuvieron en septiembre de 2009 Margarita tuvo otra cría, a la que llamaron Solidaria, y esperan que esta nueva burrita les traiga esperanza y permita poner fin a tantos años de reivindicaciones.

ACUERDO DE 2009

   Bravo ha recordado que, tras el encierro de septiembre de 2009, hubo un acuerdo con la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial para acometer las obras necesarias que les permitieran tener agua corriente en sus casas. Desde esa firma, concretamente el 2 de octubre de 2009, se ha realizado y aprobado el proyecto y se han mantenido innumerables reuniones entre los afectados y representantes del Ejecutivo andaluz.

   Precisamente, ha comentado que una semana antes de los comicios autonómicos, mantuvieron un encuentro con el director general de la Agencia del Agua de la Junta de Andalucía, Juan Paniagua, y el delegado provincial de Medio Ambiente, Francisco Fernández España, en el que "nos dijeron que todo estaba preparado y que después de las elecciones, por la poca envergadura del proyecto y lo beneficioso que sería para nosotros y para toda la zona, sería el primero en ejecutarse en la provincia de Málaga".

   Sin embargo, Bravo ha lamentado que "a día de hoy todavía no haya empezado la obra". Mientras tanto, "los que estamos viviendo allí y varias ganaderías de la zona de Antequera y de Valle de Abdalajís estamos sufriendo la falta de agua corriente, teniendo que comprar cubas de agua que pagamos a un precio infinitamente superior".

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