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Jerez

Jerez resurge como capital mundial de los vinos singulares

Vinoble es la única muestra internacional dedicada exclusivamente a los vinos generosos, licorosos y dulces especiales

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  • Una cata de vinos en la última edición de Vinoble -

La mayoría de los vinos que se elaboran en el mundo lo hacen, en mayor o menor medida, al dictado que marcan los métodos y prácticas seguidos por la tradición vitivinícola francesa. Son los casos de  los tintos de crianza, tintos de maceración carbónica, blancos afrutados, blancos fermentados en madera y los espumosos, que tienen su origen y desarrollo históricos en las regiones de Burdeos, Borgoña o Champagne. Así, para la obtención de estas tipologías, el resto de los países básicamente se limitan a imitar los procedimientos tradicionales.

Pero llegados a este punto, hay que decir que hay vida, y mucha, variada y rica, más allá de la metodología empleada por los elaboradores galos. Existe todo un amplio universo enológico que pasa indefectiblemente por los denominados de forma genérica vinos generosos, licorosos y dulces especiales que evidencian que una de las principales riquezas del mundo del vino es su extraordinaria e infinita diversidad.

Y es que frente a tendencias uniformadoras, marcadas con frecuencia por modas e intereses comerciales, existen zonas y regiones vinícolas que han mantenido a lo largo de la historia procedimientos tradicionales y exclusivos de elaboración, obteniendo así verdaderas joyas enológicas por su capacidad de reflejar en cada botella la tierra y el clima de procedencia, así como la historia y el carácter de sus gentes.

Precisamente con la intención de dar a conocer estos vinos singulares surgió hace ahora 20 años el Salón Internacional de los Vinos Nobles, el único dedicado exclusivamente a los vinos generosos, licorosos y dulces especiales, que en esta edición 2018 se celebrará desde este domingo día 3 al martes 5 de junio.

Amplio catálogo de Vinos Nobles

La nómina de estos vinos distintos, cuya nobleza responde en gran parte a su respeto a la tradición, es amplia y variada. Bien sea por la singularidad de sobreponerse a una climatología extrema, por encontrar soluciones únicas a su elaboración y conservación, responder a un paisaje irrepetible o a una cultura determinada por unas marcadas señas de identidad, entre otras múltiples circunstancias y especificidades componen un amplio catálogo de vinos cuya nobleza constituye un auténtico patrimonio de la Humanidad. 

Componen parte de este catálogo el amplio abanico de vinos tradicionales andaluces, protagonizados por los vinos de crianza biológica del Marco de Jerez, de Montilla y Huelva. Vinos en cuya esencia interviene de forma determinante su particular sistema de criaderas y soleras, el velo de flor, el cabeceo y su envejecimiento oxidativo. A ellos se suman los moscateles y pedros ximénez.

Pero también, y sin salir de España, otros vinos especiales como la amplia gama de moscateles de Alicante, Valencia y Navarra, y las malvasías canarias, así como los vinos dulces catalanes, los de Rueda o Toro y el legendario Fondillón de Alicante.

Mención especial, por constituir junto al Jerez la más valorada expresión de este tipo de vinos, merece la amplísima gama de vinos de Oporto. Los originarios de Madeira y los moscateles de Setúbal completan la relevante representación lusa.

 Fuera de los límites ibéricos, una buena colección de vinos especiales tienen cabida también en esta exclusiva relación objeto del Salón Internacional de Vinos Nobles jerezano. Así, una gran variedad de vinos dulces y licorosos comparten honores por sus métodos centenarios de elaboración, su excelencia y sus marcadas señas de identidad. 

Hablamos de los Sauternes y Barsac de Burdeos, los Mombazillac o los vinos del Loira, en Francia. También los históricos Tokaj de Hungría o los auslese, beerenauslese y trockenbeerenauslese de Alemania y los famosos vinos de hielo austríacos y canadienses. 

Para concluir con esta distinguida a la vez que sintética nómina internacional, decir que los pasitos italianos, los históricos Marsala o los moscateles de la Isla de Samos son sólo algunos ejemplos de vinos dulces y licorosos del sur de Europa. 

Gran parte de estas tipologías vinícolas se dan cita en cada edición de Vinoble para reivindicar su pertenencia al club de los diferentes, el de los vinos especiales, cuyos métodos de elaboración difieren de los procesos más extendidos y por ello, dando así lugar a vinos radicalmente diferentes a los tintos, blancos y rosados que se producen de forma mayoritaria en el mundo.

Vinos que por un factor climático determinante, un agente externo que actúa sobre el fruto o una innovación tecnológica en la elaboración del mismo terminan con el paso del tiempo y la tradición por adquirir una identidad propia y singular.

Los ‘Tesoros de San Ginés’ al descubierto

El Alcázar de Jerez será el escenario de una cata histórica, con vinos seleccionados de entre las añadas elaborados con los mostos obtenidos artesanalmente en cada edición de las Fiestas de la Vendimia, desde 1948, y custodiados en la Bodega de San Ginés del Consejo Regulador, para celebrar los 70 años de las Fiestas de la Vendimia.

Más de 800 referencias de diez países

Más de 800 referencias de vinos de una decena de países participarán en la décima edición de Vinoble. El certamen, que dispondrá de más de 50 expositores, contará con la presencia de países como Estados Unidos, Hungría, Francia, Italia y Portugal, además de vinos procedentes de Canadá, Alemania o Austria. Vinoble tendrá más presencia en la calle porque al programa habitual de catas que se desarrolla en el recinto del Alcázar se sumarán otras tres catas en la plaza del Arenal, con carácter gratuito y en la que podrá participar el público en general.

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