Expertos avisan de que se ha bajado la guardia con la Ley Antitabaco

Publicado: 04/02/2017
En el Plan Integral del Tabaquismo (PITA) ponen el acento en la dificultad para “desengancharse” de los más jóvenes al no ver los riesgos del tabaco
El Plan Integral de Tabaquismo en Andalucía (PITA) de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, tiene casi el mismo tiempo que la Ley Antitabaco, que acaba de cumplir una década en vigor con dos puntos de  inflexión importantes: 2007, cuando se puso en marcha rodeada de polémica, y 2011, cuando se hizo más restrictiva y llegó a los locales de hostelería. Desde entonces, el programa de deshabituación tabáquica del Servicio Andaluz de Salud (SAS) siempre ha apuntado a la salud y a la economía, como a las principales motivaciones de la población fumadora para dejar de fumar, según se desprende de las distintas intervenciones que llevan a cabo a demanda de los interesados.


Sin embargo, diez años después de que una ley prohibiera fumar centros de trabajo, colegios y  hospitales y que más tarde llegó también al interior de los bares, los expertos han detectado que la misma  población que “se puso las pilas” con la llegada de la norma y sus sanciones  está “bajando la guardia en todos los campos”. Así lo asegura Josefa Rojas, responsable del PITA  en el área sanitaria Norte de Cádiz, que abarca los centros de salud de Jerez, Costa Noroeste y la Sierra de Cádiz, que alerta de que de cada dos personas que fuman, la muerte de una de ellas está relacionada directamente con el consumo del tabaco.

Tal y como explica, el perfil del fumador sigue siendo el de un hombre de entre 25 y 40 años, desempleado y con dificultades económicas y de clase baja. No obstante, al SAS le preocupa y mucho la incidencia del tabaco en el colectivo de los más jóvenes, que ven muy lejos los riesgos de fumar y no tienen motivaciones económicas ni de salud para dejarlo. Ni siquiera las de carácter social, como apunta, consiguen tener calado pues en su caso aún es prematuro que físicamente se aprecien las consecuencias de ser fumador.

“Los jóvenes ven difícil dejar de fumar porque se encuentran bien de salud, no ven los factores estéticos, pues no tienen los dientes lo suficientemente amarillos ni la piel arrugada; lo ven todo muy lejano, como si no fuera con ellos, y cuando quieren dejarlo están muy enganchados”, apunta Rojas, que recuerda que la nicotina tiene más “poder adictivo” que incluso la heroína u otro tipo de drogas.


Por ello, además de trabajar en la prevención desde las edades más tempranas, e insistir en el mensaje de la imagen entre los más jóvenes, y cómo esta se ve afectada  (problema de olores, estética...)Rojas también ve clave que esta ley se equipare a otra cualquiera a la hora de sancionar. “Esta ley se sanciona poco o prácticamente nada y si tú llegas al centro hospitalario, se fuma y nadie de multa...solo que te duela el bolsillo hace que nos pongamos las pilas. El tabaco sigue siendo un problema de salud pública que está relacionado con muchos tipos de cáncer, no solo con el del pulmón. Hace falta implicación de todos, inclusive de los médicos, para que se cumpla la ley, porque la ley se relaja si no se sancionar y hay que multar a los que no la cumplen como si vas en carretera y excedes la velocidad permitida”, sentencia esta profesional.

 

88.000 personas: la población fumadora en el área sanitaria

Según el Plan Integral del Tabaquismo en Andalucía (PITA),  unas 88.000 personas encarnan a la población diana fumadora en el área sanitaria Norte de Cádiz (Jerez, Costa Noroeste y Sierra de Cádiz).


Dentro de ella hay muchas variantes: los que se encuentran en la denominada “fase de precontemplación” que no se plantean dejarlo, de “contemplación” que pretenden hacerlo  pero “no ven el momento” y se lo plantean a “medio y largo plazo” y los que están en “fase de acción”, es decir, listos para iniciar terapias.


Se trata del 10% de la población fumadora de 88.000 personas que contactan con el SAS, es decir, 8.800 usuarios que en 2014 recibieron terapia avanzada. Les une un mismo factor común: están decididos a dar plantón al tabaco, ya sea por problemas de salud crónicos (diabetes u otras dolencias), por prescripción médica o por ahorro económico.


A todos ellos se les sometió a una intervención básica con programas individuales o grupales. Según las estadísticas del Plan PITA, un 60% de las personas que han completado todas las sesiones y las revisiones a los tres y  seis meses y al año dejan de fumar, gracias a estos recursos de deshabituación que ofrece el SAS.

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