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Jerez

Dolor en el último adiós al matrimonio fallecido en el incendio

Su nuera fue incinerada en el tanatorio de Chiclana por expreso deseo de la familia. Los dos hermanos siguen “estables” y el mayor ya ha pasado a planta

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  • Mucho dolor en el tanatorio. -
  • La tragedia vuelve a sacudir a La Marquesa 15 años después

Familiares, allegados y vecinos de Manolo Catalán y Manoli Cardoso despidieron este viernes rotos de dolor al matrimonio fallecido en el incendio de su unifamiliar de La Marquesa. La Iglesia de Cristo Resucitado del Tanatorio de Jerez se quedó pequeña para dar el último adiós a esta pareja jerezana tan querida y “servicial” y la Policía Local se vio obligada a regular los accesos por la entrada de vehículos al tanatorio ante las muchas personas que quisieron estar en el funeral. Especialmente duro fue el momento de la salida de los féretros de la pareja, de 60 y 52 años, para ser trasladados al cementerio de Nuestra Señora de La Merced para darles santa sepultura.

"Ha sido un palo muy fuerte; a Manolo no le mataron los infartos y le ha matado esto"

 

Los tenientes de alcaldesa Francisco Camas y José Antonio Díaz asistieron en nombre del Ayuntamiento a las exequias. Su nuera, Noelia Amador, de 26 años, tampoco pudo soportar las consecuencias del fuego y sus restos eran incinerados ayer en el Tanatorio de Chiclana por expreso deseo de la familia. Mientras tanto, los dos hijos del matrimonio, de 27 y 18 años siguen “estables” en el Hospital de Jerez. Según apuntan fuentes de la Delegación territorial de Salud, estaba previsto que en el día de ayer el hermano mayor y novio de la chica fallecida, Jesús Catalán, que sufre quemaduras, pasara a planta. Su hermana Cristina permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos  “estable” dentro de la gravedad por la intoxicación sufrida por inhalación de humo durante el fuego.



Ante la envergadura del suceso, el Ayuntamiento ha declarado dos días de lutos oficial y hasta este mediodía las banderas de los edificios municipales ondearán a media asta.

 

“Ha sido un palo muy fuerte; a Manolo no le mataron los infartos y le ha matado esto”

El silencio, un leve olor a hollín y la inevitable mirada de los vecinos que pasaban en coche o en motocicleta por la calle Afanas hacia la unifamiliar número 18, con el precinto de la Policía Nacional en la entrada y la parte superior de la fachada negra por las llamas, se entremezclaban ayer en el día después del grave incendio de la vivienda que costó la vida a tres vecinos. En el barrio casi todos conocían a la novia de uno de sus hijos fallecida, “pasaba mucho tiempo allí” y todavía no se explican cómo ha podido pasar. “Manolo era portero de mi colegio, el Federico Mayo, y lo conozco desde que yo era chico. Cuando me vine aquí a vivir a La Marquesa y le vi me dio mucha alegría porque ya luego él se fue a la portería de otro centro y no le había visto más. Ha sido un palo muy fuerte. Eran muy serviciales los dos. Mi mujer hablaba mucho con Manoli y está muy afectada”, señala un vecino del número 45, prácticamente enfrente de la casa siniestrada.


A él el fuego le cogió trabajando en Cádiz, pero su esposa fue “de las primeras” que dio aviso a los vecinos y empezó a gritar. Estaba sola en casa con sus dos hijas pequeñas. “No le han matado los infartos que ha tenido, que han sido muchos, y por eso se prejubiló, y lo ha matado esto. Es una pena”.


Delante del número 18 ayer seguía aparcado el coche familiar en el que el matrimonio tenía previsto viajar a Alicante el pasado viernes por la mañana para pasar la Nochevieja con familiares. No pudo ser. “Lo tenían todo listo, las maletas preparadas en la entrada de la casa porque iban a salir a primera hora de viaje y mira  lo que les ha pasado”, lamentaba ayer un amigo de sus hijos.

 

La tragedia vuelve a sacudir a La Marquesa 15 años después

 

 

Madrugada del 1 de enero de 2002. Jesús y Tamara, de 24 y 20 años, celebran la entrada del nuevo año su unifamiliar de La Marquesa tras comprarla apenas unos meses atrás. Estaban haciendo obras para irse a vivir pronto, pero como la casa no estaba habitada y hacía bastante frío pidieron prestado un generador de aire caliente. Nunca más se volvieron a despertar. Fueron víctimas de la llamada ‘muerte dulce’ por inhalación de monóxido de carbono por la que las víctimas no se dan cuenta de lo que sucede. El triste suceso generó una gran conmoción en este barrio jerezano al inicio prácticamente de entregarse las primeras viviendas. Ocurrió solo unas calles más abajo de la calle Afanas, donde ahora han perdido la vida tres vecinos por un terrible fuego. La familia de los jóvenes vendieron la vivienda. Cuando está a punto de cumplirse 15 años de esta tragedia, a muchos se les vino a la memoria ayer este terrible episodio, por las fechas, la proximidad y el triste desenlace.

 

Los policías que actuaron:“Fue muy desagradable”

Dos agentes de las Policía Nacional fueron los primeros en llegar al número 18 de la calle Afanas donde se estaba produciendo un incendio. Fue una noche complicada, tal y como ha relatado a este periódico uno de ellos, que fue quien junto a su compañero realizó las maniobras de  reanimación cardiopulmonar a la hija menor de 18 años que consiguieron recuperar después de cinco minutos de RCP.

“Fue muy desagradable, llegamos primero, sabíamos dónde estaban, pero no podíamos entrar porque el humo y el fuego no nos dejaba, y esperamos a los bomberos”. El primero al que sacaron “en parada” fue al padre de familia. “Lo metieron directamente en la única ambulancia que había para intentar salvarlo”, señala el agente del 091. Fue en vano pese a los intentos de los sanitarios.

Después, los efectivos del Cuerpo de Bomberos rescataron a las tres mujeres atrapadas, y  fueron los propios agentes, de la Policía Local y Nacional, los que se encargaron de hacer las RCP (Maniobras de Reanimación Cardipulmonar) “porque venían todas en parada”. Una segunda ambulancia con un médico llegó más tarde desde Sanlúcar, y fue la que trasladó a la chica que los policías sacaron adelante. Su madre y su cuñada no pudieron recuperarse pero Cristina ha vuelto a nacer gracias a estos “héroes”, cuyo trabajo también fue reconocido por la alcaldesa de Jerez, Mamen  Sánchez.

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