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Jerez

Pinceladas cofradieras del Lunes Santo

La Semana Santa tiene nombres propios, como los de Justo Garzón o Juan Cervilla que compraron el misterio actual de La Cena

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La Semana Santa de Jerez tiene nombres propios, nombres de personas que por su amor a sus Imágenes, por sus sentimientos cofrades, se desprendieron en su momento de cantidades económicas que propiciaron la llegada de auténticas joyas como es el ejemplo que tuvimos ayer con el misterio de la Sagrada Cena. Eran tiempos donde en las cofradías jerezanas había mecenas que no buscaban más reconocimiento que el de su servicio a la Hermandad. Entre esos nombres de hombres entregado a la causa de una Semana Santa simpar, están los de Justo Garzón y los de Juan Cervilla que pusieron, en 1974, 350 mil pesetas de las entonces para comprarle a la sevillana Hermandad del Cachorro el paso de misterio que, tras su restauración, aún sigue procesionando desde San Marcos. Mucho que han sentido en la Expiración hispalense esa venta. Una auténtica joya gracias a ese sentimiento de gentes que han hecho tantísimo por nuestra Semana Mayor. Justo Garzón hace ya, desafortunadamente, muchísimos años que no está entre nosotros, pero Juan Cervilla Ortiz es una leyenda vida de nuestra Semana Santa. Fue el motor que empujó en su momento a La Cena y propulsor de muchas de las hermandades que hoy hacen estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral. Esta Semana Santa de Jerez tiene muchos padres, más allá de los Juan de Mata y Manuel Martínez Arce que fueron los que acometieron la gran reforma. Hombres, como Juan Cervilla, que se han quitado muchas horas de su vida y que en su momento ejercieron de mecenas a mayor Gloria de Dios.   

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