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Caballero Bonald: \"Escribir poesía a los 88 años es casi una obscenidad\"

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El escritor José Manuel Caballero Bonald siempre fue de ritmo lento a la hora de publicar y tardaba "casi una década" entre un poemario y otro, pero desde hace unos años siente "una nueva noción de energía" que lo hace escribir sin parar y eso lo tiene "sorprendido y alarmado, un poco abochornado".

"Con 88 años, escribir poesía es casi una obscenidad porque la poesía es un género juvenil, que está lleno de las energías vitales que produce la juventud y yo ya no la tengo", decía hoy Caballero Bonald en el homenaje que se le ha tributado a este gran poeta en el Instituto Cervantes, con motivo de la publicación del libro "Anatomía poética".

A ese motivo se le unía también los 88 años que el próximo 11 de noviembre cumple el escritor gaditano, "empeñado desde hace años en denunciar los desahucios de la razón, y que en 'Anatomía poética' denuncia los desahucios del poder", como diría el crítico literario José María Pozuelo Yvancos.

"Es un libro indisciplinado, rebelde; un libro contra las asambleas de gregarios, contra todos aquellos que se ven conducidos al redil, que adoptan las formas de religión, de dinero, de poder", afirmaba Pozuelo Yvancos, que intervino en el homenaje junto con el pintor José Luis Fajardo, el poeta Antonio Lucas y el periodista y escritor Juan Cruz.

"Anatomía poética" es la obra con la que se estrena la editorial Círculo de Tiza, dirigida por Eva Serrano, y es fruto de la larga amistad que une a Caballero Bonald (Jerez, Cádiz, 1926) y a Fajardo (La Laguna, Tenerife, 1941) desde hace más de cuarenta años.

La pintura de Fajardo, sugerente y evocadora, "le va bien a la manera de escribir" de Caballero Bonald, y esa "actitud cómplice" ya dio un primer fruto en 1986, en el libro "Los personajes de Fajardo", donde el poeta gaditano reflexionaba "libremente" sobre lo que le inspiraba la obra del artista.

"Anatomía poética" contiene ocho textos de aquel libro, más unos cuarenta de nuevo cuño que el autor de "Descrédito del héroe" ha escrito en los últimos meses. En ellos dialoga con la obra de Fajardo, pero sin que haya "una correspondencia sistemática entre pintura y literatura", sino más bien "una suerte de preguntas complementarias".

Como puso de relieve Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, el poeta y el pintor formulan en las páginas de libro "una poesía contra los desahucios de la razón", y esa forma de concebir la poesía ya la defendió Caballero Bonald en el discurso que pronunció al recibir el Premio Cervantes.

Es un libro que persigue "todos los caminos alegóricos de la vida" y, según García de la Concha, la clave de sus páginas está en el poema final, en el que Caballero Bonald afirma que "la transgresión de la lógica conduce al predominio de la maravilla".

"No sin ser deformada puede la realidad exhibir sus enigmas", escribe el poeta gaditano en este hermoso libro, claro ejemplo del "maridaje conceptual de pintura y poesía", señaló el director del Cervantes.

Como recordaban hoy Fajardo y Caballero Bonald, la amistad entre ambos comenzó a finales de los sesenta, en las noches alocadas de Óliver, "cuando Madrid tenía lugares de encuentros", decía el pintor canario.

"Pocos libros tan hermosos como este en el que un poeta se hace pintor de la vida y un pintor se hace poeta", aseguraba Pozuelo Yvancos, para quien esta obra sale a la luz "en tiempos de tribulación, cuando quienes tendrían que hablar en este país callan y quienes debían callar no lo hacen".

O como dijo Antonio Lucas, "Anatomía poética" es "un libro isla en el que hay esa capacidad de insumisión" que ha demostrado Caballero Bonald a lo largo de su vida.

Un Caballero Bonald que, a medida que se ha ido "haciendo viejo", siente una necesidad cada vez mayor de escribir poesía. Se le ha ido "abriendo un almacén que estaba latente y, de pronto, han ido surgiendo aspectos" que él tenía sepultados y que ahora siente "la obligación de sacar a flote".

"Me levanto tarde cada día y lo hago con energía. Apenas hablo cuando me levanto pero sí escribo, cosa que nunca me había ocurrido antes", contaba hoy.

"Estoy sorprendido y alarmado porque escribir tan apresuradamente a mi edad ni es sano ni es recomendable", decía Caballero Bonald con su socarronería habitual.

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