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Jerez

“Hay giras a Japón, pero ellos ya tienen sus cuadros flamencos, sin pureza, pero llenan salas para dos mil personas”

“Cultura va a hacer un esfuerzo importante. Queremos reactivar la Fiesta de la Bulería, bajar precios. El declive llegó cuando no se podían meter neveras”

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  • Antonio Ojeda -

—  Se han presentado los Viernes Flamenco y vuelve usted a salir a la palestra un año más....
— Y van veintisiete años con Arte Sherry. En aquella época ya comenzamos a colaborar con el Ayuntamiento, nos coincidió que, de por medio, estuvo la Expo 92 donde tuvimos un papel muy relevante y confiaron en nosotros. Hay que decir que el flamenco antes estaba no desorganizado, que quizá no sea la expresión, pero que el contacto directo era un teléfono y cuando las distancias se alargaban existía más desconfianza, por lo que los intermediarios cubríamos un papel muy importante. Después la empresa ya fue avanzando en el segmento de turismo de negocio, aunque seguimos manteniendo al flamenco como buque insignia de nuestra empresa. Ciertamente ha habido muchos momentos en los que hemos colaborado con las Administraciones, ya sea a través de ayuntamientos, Diputación o Junta de Andalucía e incluso en muchos puntos del mundo donde han requerido nuestros servicios y se los hemos dado y se los seguiremos dando.

— Veintisiete años dan para mucho y mucha ha sido la evolución de un flamenco que cada vez está más reconocido.
— Podemos decir que el flamenco es una filosofía de vida, una forma de vivir. En Cuba se hace el merengue, la bachata y aquí en Jerez o en la zona, o en Andalucía o en España, para abrir un poco el campo, se hace el flamenco. Pero hay una peculiaridad que le explico. Cualquier orquesta de España, o francesa, italiana o alemana es capaz de interpretar bachata, merengue o salsa pero es incapaz de hacer una bulería o una soleá. Tenemos un producto que, ahora nos estamos dando cuenta, es completamente español, andaluz y jerezano. Esa es la diferencia que hay con todas las culturas musicales. Recuerdo una anécdota importante. El mejor guitarrista del mundo cuando cuadraba con flamenco era incapaz de recoger los acentos propios de la bulería, porque eso no está escrito, eso es innato. Esos palos que hay por medio no se pueden escribir, sin embargo cualquier tipo de música, sea de Mozart, Verdi o Vivaldi está escrito y se transporta a cualquier músico, pero el acento especial, la forma de ejecutar del flamenco, es innato a la persona. De ahí viene que se le atribuya al gitano y a su procedencia familiar y las veces que lo escuchó en las tabernas, en los colmaos, donde está el aprendizaje. Y aunque no lo creía al principio, nacen con un sellito. Habrá visto el vídeo en el que un niño que aún lleva pañales baila por bulerías y cómo baila. Algo tiene que tener porque nadie le da a un botón y lo programa. El gen en este oficio o en esta cultura es muy importante y, por eso, aquí todos hacemos algo aunque seamos muy gachós. En un momento determinado somos capaces de seguir una bulería, con sus acentos, o dar una patita. No será la mejor, pero se da. Algo que no haría la primera bailarina del ballet de París. Por eso somos flamencos en Jerez, somos gente que conocemos la bulería y que no nos extrañamos de ver esa forma de ritmo y de acompañarlo y aunque no seas coreógrafo sabes cuando una pata por bulería se hace bien o mal. Todo eso va con nuestra tierra, con nuestra filosofía y de ahí cuando me hablabas del tema de los veintisiete años.     

— Sí.
— Creo que lo asimilé bien, que lo interpreté bien porque vi que todo esto estaba un poco desorganizado y sabía que había un producto vendible fuera, que se podía exportar. Antes te llamaban de Los Angeles y te decían que había cuatro días para un festival y se montaban los espectáculos, o ya estaban montados, se hablaba con la gente, se veía el dinerito y preparábamos los viajes, los permisos de trabajo. Organizábamos un poco esa laguna que existía. Ahora, en la era del internet, todo es más derecho. Se puede avisar al segundo y desde tu  estudio estás hablando con uno que está en Argentina o en Constantinopla. Lo que está claro es que todo eso le ha dado al flamenco una proyección al mundo y de ahí el nombramiento como Bien Inmaterial de la Humanidad. Ahora estamos en la cota más grande del modismo flamenco, requerido por todo el mundo, pero a la vez, lamentablemente y dada la crisis mundial que tenemos, se está desangrando. El flamenco, sin ser antes tan importante a nivel mundial, se valoraba y se dignificaba económicamente y ahora con las opciones de ofertas que existen en las redes y el problema económico se está mercadeando. Menos mal, y gracias, a las subvenciones europeas que tanto nos han hecho a los promotores, a los productores y a los propios artistas. Hay que mendigar en estos sitios para que, con su aporte económico, podamos ir sacando los espectáculos, las producciones. Hay ayudas a producciones, vestuarios, giras y complementamos un poco lo que se necesita para exportando este bien único que tenemos. 

— ¿Japón sigue siendo  El Dorado del flamenco?
—  Lo fue. Esto es la pescadilla que se muerde la cola. Aquello entró con una fuerza enorme. Se programaban cuadros para seis meses y se traían un dineral, porque había un buen poder adquisitivo, pero vinieron aquí los japoneses, se llevaron las ideas y las formas. He escuchado a japoneses, que cantan por Camarón igual que Camarón si te vuelves y tocan igual que Paco. Les sale más barato tenerlos allí. Hemos dado mucha maestría. Me decían, he dado una clase de expresión Y eso cómo era. Las manos, las formas...igual.  Nos han despojado. No son puros, no tienen pellizco, pero llenan esas salas de fiesta enormes para dos mil personas. Todavía se sigue yendo pero en menor cantidad. Siempre hay giras. Y ahora está el tema de China

— Creo que estuvo allí por el mes de noviembre. 
— Viendo el mercado. Los chinos vienen de vuelta. Saben que es el país con mayor poder adquisito y tienen comprado a medio mundo. Un billete para ir allí cuesta 1.300 euros. Estuve en Shangai y había catorce teatros, el que menos para dos mil personas, que era pequeño ya que era para ensayos. Son todos estatales. Estuvimos con la delegada de Cultura del Gobierno, que es la que lo programa todo. Me dijo que fuese allí con una compañía, que hiciese dos o tres galas y que me la jugase, que si el espectáculo era bueno me hacía un circuito de teatro. Es la forma que tienen de comprar. Usted viene, prueba y si gusta.

— ¿Y gustó?
— No fuimos. Meter una compañía de catorce personas con todos los gastos a nuestras espaldas se ponía en 40 ó 50 mil euros. Si me garantizasen que después me iban a dar 20, pues era cuestión de hacer un porrateo, pero usted viene, hace tres funciones, se marcha y ya veremos lo que le encargamos. Es muy difícil, pero como hay gente a la que le están haciendo la misma oferta...Los chinos son como dice el cante. El chino, porque era chino, no sabe nada de letras. El chino sabe de todo. Y además te dice que puedes ir porque te dan del Fondo Feder una cantidad, que te ayudan en tanto y te dejan todo tan reducido que no es negocio. De hecho todos los espectáculos que van a China no van a pecho descubierto sino que van subvencionados o por intercambios culturales con la Junta de Andalucía, a no ser que sea una compañía que es el no va más , a la que conocen totalmente y que van hacen negocio, están en un país, que no es ni mejor ni peor que otros, y te traes el dinero. 

— El momento del flamenco, a nivel económico, es complicado por lo que me dicen
— El flamenco está de moda en el mundo, pero...Ahora estamos en el espectáculo. Se están haciendo en Méjico los espectáculos cervantinos, algo que tienen una trayectoria, un fama. Va por el Instituto Cervantes, subvencionado y sé de compañías de ocho personas que van por cinco mil euros. Eso no se puede hacer. Van a cambiar el dinero, a intentar hacer una par de cosas una vez que lleguen allí. Pero es ir a la aventura. Estamos viviendo el mejor momento del flamenco pero interiormente se está desangrando. Si no fuera por el mendigar de artistas, promotores, productores en los fondos europeos el flamenco se hubiese perdido mucho.

—  Pero en usted los artistas de Jerez tienen un referente.
— No, mire, antes se podía tener una pequeña exclusiva, que no se tenía, o que alguien que te diese su agenda para llevársela. Eso de daba cuando había mucho trabajo, dos giras anuales o cinco festivales. Ha cambiado todo. En cuanto a los festivales hay una persona, que es el promotor de eventos, que lo hace todo directamente y llama a todo el mundo para conseguir el mejor precio y le dice al artista que tiene que estar dado de alto y él lo arregla todo. Ellos saben lo que tienen que hacer, se defienden con el inglés, se sacan los visados. Esto ha cambiado. Ahora de ser intermediarios hemos pasado a ser productores. ¿Cuándo puedes hacer negocio? Cuando hagas tus producciones anuales, que se pueden llamar Zambra tierra o Jerez por bulerías. Montas la producción, intentas que te cueste lo menos posible y la vendes. Flamenco Viene del Sur, el Festival de Jerez, La Bienal... intentas encontrar un hueco.

— ¿En qué trabaja ahora? 
— El flamenco es una cosa nuestra y yo, personalmente, soy muy aficionado y hago un seguimientos de los chicos y chicas que van saliendo, pero desde hace veinte años nos inclinamos por el segmento turismo de negocio congresual que también está bajando. Desde 2007 se han roto muchas empresas y nosotros estamos subsistiendo complementando con el tema de los festivales, el Ayuntamiento que confía en nosotros para la Bulería, los Viernes Flamencos y lo que hacemos, sin pensar en grandes cosas,es ir hacia adelante y mantener el chiringuito.

— Pero a nivel de producciones.
— Seguimos con el buque insignia del flamenco para los congresos. Los congresos vienen a la zona y en la zona se respira, se habla de flamenco y yo tengo un Carmen de Bizet que es una producción de catorce artistas y Jerez por bulerías, Zambra...,espectáculos que se montan para cenas de galas, muchas cosas que se hacen en las fincas. El flamenco ya no es un cantaor y un guitarrista. Se llevan espectáculos, que tienen una puesta en escena...El Nacimiento del Duende...Son cosas que me voy inventando y las voy metiendo en lo que son producciones de medio formato en teatro y que es un complemento más. Se invierte poco, porque no se pueden invertir grandes cantidades, y lo vas complementando.  

— Tirando de ingenio.
— Aquí la imaginación es la que impera. Ha variado el concepto de guitarrista y cantaor. Eso lo queremos en las peñas, en nuestras casas, pero por muy aficionados que seamos nos comemos una siguiriya y a la siguiente le decimos que haga una soleá. Los formatos han cambiado. Hay un cante dentro de un baile que responde al cante. Ahora, con el proyecto Dinamo, también con fondos europeos, nos dijeron que hiciésemos un espectáculo que tuviese cultura y llevamos Flamenco entre Dos Culturas, la árabe y el flamenco. Conjugamos perfectamente una bailarina árabe con una bailaora, se alternaba el laúd con la guitarra, la caja con la barbucha. Hicimos otro espectáculo que era Flamenco por la Bahía, Empecé a rescatar todos los cantes, todas las descendencias...porque los árabes se llevaron aquí 750 años y algo dejarían. Empezamos a buscar todos los fragmentos de compases y de ritmos. Los tangos, las alboreás, las soleás. Son todos cantes que se asociaban e intentamos entrar cantando árabe perfecto y después se arropaba con el flamenco. Son espectáculos bonitos y los estoy vendiendo. Es un tanto rudo a la hora de venderlo, pero el resultado es bonito. Haces unas producciones para unas cosas y después las puedes sacar. Todos los días vas buscando cosas nuevas. Al cantaor con el guitarrista cuesta  mucho venderlo. Si haces una ensalada de lechuga hay que echarle el vinagrito, el aceite, su atún y el huevecito para que tenga un sabor armónico.

— ¿Cómo están los artistas de Jerez?.
— Les tengo un gran aprecio a todos. Tienen que aprender mucho. No ya como cantaores porque ya sabemos que son unos máquinas. Jerez es bueno, en Jerez se canta desde pequeño pero hay que prodigarse, ser artistas, seguir estudiando, tener ganas de funcionar, de colaborar, de agrandar el reportorio y saber que si vas a un sitio tienes que hacer quince palos distintos y no quedarte en los cinco básicos. Hay una corriente de cantaores nuevos que están trabajando y que funcionan perfectamente. No voy a decir que lo hagan mejor o peor, porque ahí no me voy a meter, pero sí que es gente que estudia, que quiere aprender y que ha entendido desde el principio que es su modo de vida y que es lo que quiere hacer, como el que es abogado, albañil o ingeniero. Aquí es donde tenemos más flamencos por metro cuadrado pero hay que saber que hay que esforzarse, que porque tengas 18 años y lo hagas bonito ya lo eres todo. Hay que pegarse mucho tiempo en un tablao, cantando atrás, sabiendo los ritmos, haciéndote artista. Esto es un proceso. Si estudias periodismo estás cinco años, pues esto también tiene una base de seis u ocho años. Es el consejo que doy, porque después te embarrancas y sigues siendo uno más que estás en la cola. 

Antonio Ojeda es un libro abierto. Habla con claridad del pasado, del presente y del futuro. Recuerda especialmente a Juan Moneo, El Torta “para que nazca otro Torta va a pasar mucho tiempo. Hay gente que canta muy bien, Todos. Los Moneo. Pero Juan era un cantaor salvaje. No cantaba por dinero. Él lo decía. Cantaba para pagar el agua y la luz. Estábamos en una actuación y tuve los problemas que temía con él. Juan te has bajado a los 30 minutos y había estado veinte ensayando y cuando paramos a comer un bocadillo, lo saludaron, pidió una guitarra y estuvo tres horas cantando. Ese era él . Las improntas suyas eran especiales”. Y especial es la Fiesta de la Bulería...
— Donde este año se va a hacer un esfuerzo grandísimo por parte de Cultura. Estamos reuniéndonos para reactivarlo. Es el único espectáculo que se conserva en España de gran formato. Sigue ubicándose en el mismo sitio y con un elenco artístico y hay que buscarle otro dinamismo. Cambiar los precios. Esto viene en declive desde que salió el decreto de que no se podían meter bebidas alcohólicas dentro. Pero vamos adaptar el flamenco a los tiempos.

Y los Viernes Flamencos de los que seguiremos hablando y que Arte Sherry coproduce con un cartel que “se adapta a los tiempos, a la gente que veranea en Jerez”.

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