El titular del juzgado de instrucción número 4 de Jerez de la Frontera ha dictado un auto en el que explica que hay indicios que apuntan a que Pacheco y a otros excargos municipales, como Luis Cruz, exresponsable de la Gerencia Municipal de Urbanismo, cometieron prevaricación, falsedad continuada en documento oficial y fraude a la Administración, en concurso con un presunto delito de malversación de caudales públicos en grado de tentativa.
En el auto, el juez da por finalizada la instrucción del caso y pide a las partes personadas en él que presenten sus escritos de calificaciones y las peticiones provisionales de condena que trasladarán en su día al juicio, según han confirmado a Efe fuentes jurídicas.
El juez acusa en el escrito a un total de once personas, entre ellas Pacheco y Cruz, otros excargos municipales, el ex hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Jerez, Francisco Gómez, y un constructor, por cargar a las arcas municipales las obras de reforma de la casa que la hermandad tiene en la aldea de Almonte.
El juez explica que en el 2006, cuando Pacheco era primer teniente de alcalde y delegado de Urbanismo, el entonces hermano mayor de la hermandad contactó con el Ayuntamiento para pedir una ayuda para esta reforma.
Pacheco se comprometió, según el auto, a que el Ayuntamiento se hiciera cargo de las obras, que se facturarían aparentando obras menores en barriadas de Jerez que nunca se hicieron, de tal forma que el proceso no exigiera licitación pública.
Se hizo un primer proyecto que tenía un presupuesto de 300.000 euros y un segundo que lo cifró en 77.000 euros.
Las obras fueron ejecutadas y finalizadas en primavera del 2007, el mismo año en el que, tras unas elecciones, hubo cambios en el gobierno municipal, tras lo que las irregularidades fueron descubiertas y las facturas no fueron pagadas.
El ex hermano mayor de la hermandad imputado en el caso ha asegurado hoy a Efe que tiene "la conciencia muy tranquila" porque él se limitó a pedir una ayuda al Ayuntamiento para adecentar el salón y la fachada de la casa de la organización en El Rocío.
"Los ayuntamientos siempre han sido el paño de lágrimas de las hermandades, porque no tienen recursos. También he llamado a las puertas de particulares para pagar el arreglo de una carreta", señala Francisco Gómez, que asegura que el Ayuntamiento se hizo cargo del trabajo y que él no fue consciente de que el procedimiento fuera irregular.
El ex hermano mayor, que es contratista de obra, explica que el constructor que llevó a cabo la reforma, también imputado, le solicitó después a él que la hermandad abonara la factura "por un precio abusivo", a lo que el se negó porque el trabajo se le había encargado "directamente" por la Gerencia Municipal de Urbanismo, que se encargo del proceso.