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El Primero de Mayo visto desde el prisma de los que sí trabajaron

Miles de algecireños se acercaron al Llano Amarillo para buscar ?gangas? en los puestos

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  • El mercadillo, a tope. -
Para cientos de algecireños, el Primero de Mayo no fue un día festivo. Determinadas ocupaciones llevan consigo la necesidad de ofrecer servicio incluso en los días de mayor inactividad. Este es el caso, por ejemplo, de los taxistas, conductores de autobuses u operarios de limpieza del Ayuntamiento. 

También el de los periodistas, sobre todo en días de una relevancia informativa tan obvia como el Día de los Trabajadores. Vigilantes, agentes de las fuerzas de seguridad y otros muchos desempeños sirven como ejemplo de trabajadores que no libran.


Otros, como es el caso de los comerciantes del Mercadillo, trabajaron ante la necesidad de unos ingresos extra en épocas de escasez. Y la apuesta salió bien, pues el área comercial abierta en el Llano Amarillo presentó un lleno como pocos recuerdan en los puestos.

Manuel Llama lleva más de 40 años como comerciante, y este es el primer 1 de mayo que trabaja. “La crisis está siendo muy mala, y para mí hoy es un día como otro cualquiera”, confiesa este responsable de un puesto de ropa, quien reconoce que “un día como hoy se vende más”. Al ‘rebufo’ del Mercadillo Otro colectivo que suele aprovechar estas jornadas festivas para sacar unos ingresos extra es el de los quiosqueros. Ayer, varios de los establecimientos de la zona centro estaban abiertos, entre ellos el de la Plaza Andalucía y el situado en la avenida Virgen del Carmen a la altura de la rotonda de Blas Infante. Antonio Vega, desde este último, reconoce que “la presencia del Mercadillo es la que me ha hecho trabajar”, ya que “no suelo abrir en los festivos”. La venta de periódicos y revistas justifica también la apertura en día festivo.

Los vendedores de cupones pueden elegir, en su caso, salir o no a trabajar. Uno de los que decidió hacerlo fue Daniel Mayor. “Voy a hacer la mañana, al menos, aprovechando el ambiente del Mercadillo”, reconocía. “Yo creo que, si no hubiera sido por lo que hay en el Llano Amarillo sería como cualquier otro domingo en Algeciras, que está todo parado”, añadía. “Sólo merece la pena trabajar en el caso de que haya ambiente”.

Rafael Otero, un joven de veintipocos años, trabaja en una tienda de comida para llevar abierta las 24 horas en la avenida Virgen del Carmen. Para él, trabajar en festivo no es una novedad. “Ya estoy acostumbrado a trabajar los domingos; mi día de descanso suelen ser los miércoles”, comentaba. De hecho, “los días festivos, como hoy, suelen ser en los que más trabajamos”.

La frase final de este joven refleja el pensamiento de muchos de los asalariados que ejercían ayer, efeméride del Primero de Mayo: “Ves a la gente que entra y de 10 que vienen, ocho están parados”. Lo demás está claro.

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