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Un joven jerezano, a la cabeza de la investigación contra el cáncer

El físico médico investigador Alejandro Bertolet recibe una beca de un millón de euros para trabajar en nuevos tratamientos

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  • El investigador jerezano Alejandro Bertolet. -

Cada vez es más habitual encontrarnos fuera de nuestras fronteras a grandes cerebros jerezanos que triunfan más allá de nuestra ciudad.

Uno de estos casos de fuga de cerebros es el de Alejandro Bertolet, un físico médico investigador afincado en Boston que recientemente ha recibido una beca a través del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos para estudiar posibles tratamientos contra esta enfermedad que nunca deja de estar presente en nuestra sociedad.

Bertolet  ha explicado a Viva Jerez qué supone esta prestación. “El Instituto Nacional de Cáncer americano (NCI) tiene diferentes mecanismos para financiar investigación relacionadas con la salud partiendo siempre de que en Estados Unidos se mete mucho dinero en investigaciones. Una beca normal ronda desde 1 a 3 millones de dólares, lo que comparado con Europa es sustancioso”.

Tratando en profundidad la categoría con la que ha sido becado este físico, se trata de dos fases, “una primera fase en la que tienes mentores que te ayudan y en la segunda fase eres investigador principal con tu equipo”.

En cualquier caso, precisa, no es fácil ser beneficiario. “Esta beca se consigue si el proyecto que presentas y tus cualidades como investigador cumplen con los requisitos que ellos buscan. Mi tesis por suerte tuvo mucho impacto y el año pasado presentamos el proyecto y la valoración ha sido muy positiva tanto por el proyecto como por el perfil”, siendo este investigador además el primero que lo recibe en su departamento, con la dificultad que conlleva que un físico sea respaldado con este tipo de becas.

¿En qué consiste el proyecto presentado? Se trata del “uso de radiofármacos para tratar algunos cánceres y la idea es relativamente sencilla. Existen algunos elementos químicos que tienen afinidad con células cancerígenas. Estos elementos que juegan el papel de anticuerpo los modificamos químicamente para inyectarle elementos radiactivos por lo que esto ultimo hace que impacte en las células tumorales y consiga este directamente”, cuestiones técnicas que aunque en un primer momento pudieran parecer complicados, básicamente se trata de inyectar radiactividad a elementos químicos para posteriormente se inyecten en las células tumorales, algo que como asume Bertolet, se trata en esencia de, “en lugar de suministrar mililitros, al paciente se le da dosis de radiación exacta y ver cuál es la dosis de radiación se lleva el tumor”, con lo que se consigue que la radiactividad que se le inyecta al paciente sea la justa y necesaria para eliminar las células tumorales.

Estas investigaciones que se realizan de manera exhaustiva sirven para avanzar poco a poco aunque sin tirar cohetes al aire, Bertolet asegura que aún queda por delante muchísimo “por investigar y, en cuanto a oncología, es cierto que hemos evolucionado muchísimo en los últimos 25 años, es todo mucho más fino y dirigido, así como la aparición de la inmunoterapia”, aunque añade que en relaciones a algunos cánceres concretos, “como el de páncreas que tiene pronósticos muy malos y necesitamos seguir desarrollando nuevas terapias para poder sabiendo más sobre esta enfermedad. El hecho de que la medicina avance significa que acabará habiendo más cáncer porque es un efecto que podemos tener todos los seres vivos, cuanto más viejos seamos, más cáncer va a haber, por lo que todo el dinero que se invierta es poco”.

Teniendo delante nuestra a una eminencia oncológica como la que representa Alejandro Bertolet, es imposible no pararse a preguntarle sobre la posible consecución de una cura a corto plazo para esta enfermedad que tanto hace temblar las casas en las que aparece. Algo sobre lo que en primera instancia advierte que la población “tenemos el problema de llamar cáncer a una enfermedad cuando realmente son muchas enfermedades”.

“Dentro del cáncer no es lo mismo uno de mama que uno de próstata. Encontrar una solución única es casi una quimera, pero hay cánceres que cada vez son más fáciles de tratar y que puede curarse y vivir muchos años después del tratamiento”, explica.

Sin embargo, apunta en una dirección más negativa que “hay otros cánceres que siguen siendo un problema enorme, en los que la posibilidad de encontrar un tratamiento a corto plazo es casi nula”.

“Todo en lo que se está invirtiendo dinero ahora no se va a utilizar en clínica hasta dentro de quince años, por lo que los tiempos son los que son. Si a corto plazo son cinco o diez años… es complicado”, admite.

Aún así, prefiere concluir con un mensaje algo más positivo advirtiendo de que está “en contra de las noticias que hablan de tratamientos que consiguen curar el cáncer, porque es mucho más complicado de lo que parece”, aunque finaliza añadiendo que “obviamente con un esfuerzo en investigación continuado, se encuentran cada vez soluciones mejores”. 

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