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Jaén

El Lavatorio llena de carisma su procesión

La Hermandad Misionera de Jesús Divino Maestro ha celebrado su segunda procesión

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La Hermandad Misionera de Jesús Divino Maestro al inicio de su procesión de penitencia, desde el colegio Divino Maestro.

La Hermandad Misionera de Jesús Divino Maestro ha celebrado una procesión de penitencia inundada de ilusión y entrega, engrandeciendo el Martes Santo jienense. Un 27 de marzo en el que cumplieron su segunda salida en procesión, nuevamente desde el colegio Divino Maestro, aunque su sede canónica es la iglesia parroquial de la Merced.

Los momentos previos a la salida, con un sol radiante, dejó populosas estampas cofrades en el centro educativo, protagonizadas por una Hermandad que, a pesar de su juventud, ya han impregnado con su sello la Semana de Pasión de la capital. Arropada por cofrades de todas las edades, entre ellos muchos niños y jóvenes, la junta de Gobierno de Eduardo de Miguel Párraga consiguió una procesión de penitencia solemne y con carisma, desde la salida y durante el itinerario cofrade.

El misterio estrenó el llamador, donado por los profesores y el personal de Administración y Servicios del centro educativo. Con las imágenes de Jesús Divino Maestro y el apóstol San Pedro, con la mesa de la última cena, con un mantel réplica del original; un candelabro judío, un bol con frutas, un cáliz, patenas y pan ácimo; El Lavatorio desfiló al son de saetas, entre aplausos, y al ritmo de las marchas de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Expiración.

Otros estrenos de la Hermandad fueron el gallardete de Cristo, dos faroles, un candelabro de siete brazos, la pértiga y el traje de pertiguero.

Desde la primera ‘levantá’, los capataces, José Ramón Díaz y José Manuel Alonso, alentaron los pasos de los 40 costaleros que se enfrentaron a un itinerario no exento de cuestas y que recorrió calles emblemáticas para buscar su paso por el itinerario oficial. Como novedad, este año, parte de la cuadrilla de costaleros lució uniformada.   La salida desde el centro educativo se alargó, por el paso corto de la procesión, al son de tambores. Cada ‘levantá’ estuvo dedicada a cada una de las personas y colectivos que hicieron posible la procesión. Quienes captaron todas las miradas fueron los más pequeños.

Un grupo de alrededor de setenta acólitos desfilaron en la procesión, detrás de la Cruz de Guía, anunciando la llegada de los hermanos de luz, que con sus túnicas azul noche y sus capas blancas, fueron dando forma al desfile. Fue la primera Hermandad en llegar a Roldán y Marín, en pedir la venia a la Agrupación de Cofradías para procesionar y buscar un recorrido de vuelta con paso por calles como ‘Almenas’ y ‘Francisco Coello’, ambas lugares donde la procesión se embelleció.

La constancia y el esfuerzo y trabajo de estos once años dio sus frutos este Martes Santo, con un Misterio que será completado para la Semana Santa de 2019, cuando se culminará con las imágenes de los apóstoles Santiago y San Juan, además de la candelería.

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