La Junta de Andalucía ha decidido tomar cartas en el asunto y acabar con la situación de conflictividad social y de ocupaciones ilegales que se vive en el bloque de las 101 viviendas de la calle Miguel Castillejo, en la barriada de Expansión Norte. La Junta construyó hace más de una década esta promoción de viviendas que adjudicó en régimen de alquiler social a familias desfavorecidas. Aunque el clima de convivencia ha sido tenso desde que se entregaron las viviendas, en los últimos tiempos no solo se ha agravado ese clima sino que se están disparando los casos de ocupaciones ilegales y los impagos de alquiler.
La Delegación de Fomento y Vivienda estima que más de la mitad de esos pisos están ocupados actualmente por familias que no resultaron adjudicatarias, incluso se sospecha que en muchos casos ha habido hasta dos y tres transacciones por vivienda, algo prohíbido expresamente. Además, los alquileres sociales, que oscilan entre los 30 y 40 euros mensuales, tienen un 60% de morosos.
La Junta trabaja ya en un plan de actuación que busca la “normalización” de esta promoción de viviendas. “Necesitamos soluciones globales porque se va actuar en la integración social, la mediación o el control del absentismo escolar”, indica Rafael Valdivielso, que agradece la sintonía que ha encontrado en otras instituciones como el Ayuntamiento, la Subdelegación del Gobierno o las asociaciones de vecinos de la zona. Cuando se identifiquen a los inquilinos que habitan esas viviendas de manera irregular habrá desalojos, y la intención final es ceder los pisos sobrantes a Cáritas a través de un convenio.
Comunidad de propietarios
Una de las razones de la anárquica convivencia en el bloque de las 101 viviendas de Expansión Norte es la ausencia de una comunidad de propietarios. La Junta quiere favorecer su constitución dentro de ese plan global que va a contar con intervenciones sociales, educativas y de orden público. En los próximos días van a continuar las reuniones entre todas las partes implicadas para definir esas intervenciones, aunque el enfoque que se le quiere dar es similar al aplicado en el bloque Tirso de Molina, en la barriada linarense de Arrayanes.