Hay que seguir sufriendo hasta el final. El gran ambiente de fiesta que se vivió antes y durante el encuentro entre ambas aficiones, se convirtió en un auténtico velatorio los jienenses, por el triunfo de la SD Ponferradina ante el Real Jaén (0-1), gracias al gol que anotó Berrocal, tras un fallo en la recepción de la pelota del meta René.
Era un partido clave para la permanencia del Real Jaén y los tres puntos eran necesarios para alejarse de los puestos peligrosos. Y con esa premisa acudió la afición blanca al estadio. El choque era difícil, más complicado de lo que se podía pensar por parte de una afición que en su mayor parte acudió a la llamada festiva. Desde el principio en el Real Jaén se echó en falta la presencia de Jozabed. El centrocampista blanco, lesionado en la clavícula en el entrenamiento del sábado, era el jugador dispuesto a llevar la manija del encuentro y el control de la pelota en la medular.
Ambos equipos sabían lo que se jugaban y los leoneses traían muy bien aprendida la lección para no ser sorprendidos. Con esa idea, Claudio Barragán opuso una gran ‘tela de araña’ delante del marco defendido por Santamaría, para impedir el acercamiento de los pupilos preparados por Manolo Herrero.
Los dos equipos empezaron el partido con mucho respeto, pero se observó desde el inicio que los nervios podían aparecer en los jienenses si las cosas no rodaban como se habían preparado. Dos acciones, una para cada equipo, pudieron acabar en gol, pero el disparo de Acorán (minuto 7), lo despejó un defensor a corner, y Jona (minuto 9), no remató adecuadamente para batir a Santamaría.
El Real Jaén llevó la iniciativa, pero en una jugada desgraciada, René no controló bien la pelota y antes del despeje le fue arrebatada por Berrocal (minuto 16), para marcar el primer tanto del encuentro, que al final sería definitivo.
Reaccionó el equipo jienense y puso cerco al área berciana, sobre todo con centros desde las bandas, pero la defensa visitante resolvía el peligro sin muchos apuros. La presión de los jugadores de ‘La Ponfe’, era su arma importante, para no dejar salir a los jaeneros con la pelota controlada, por lo que los locales tenían muchos problemas para llegar a la zona de peligro de su rival.
En la recta final del primer periodo se produjeron jugadas de peligro. Por parte visitante (minuto 37), Fofo estrelló el esférico en el lateral de la red jaenera y, poco después, (minuto 38), Machado tuvo en sus botas el empate, pero Santamaría respondió con una gran intervención, y (minuto 39), Jona no acertó a rematar bien un centro por la derecha.
La segunda parte fue distinta. El equipo de El Bierzo estuvo mas metido en el encuentro y jugó a placer, ante las imprecisiones y los nervios, que atenazaban a los blancos. Los visitantes estuvieron muy atentos a la evolución del juego, cerraron bien líneas con muchos hombres por detrás de la pelota, y centrando sus acciones atacantes en el contragolpe.
Los minutos pasaban sin que el peligro acechara el marco de Santamaría. Los jienenses jugaron con ansiedad, por el resultado en contra, y con más corazón que cabeza, hecho que propició varias contragolpes que pudieron terminar en gol, como el que protagonizó (minuto 89) Yuri, que se colocó delante de René pero no supo batirlo.
Antes, Herrero puso en acción a Oscar Rico y Víctor Curto, con la idea de poder abrir la defensa visitante, e incluso con Sutil, que intentó realizar algunas acciones individuales, pero no era el día de los jugadores jienenses, ante el compacto sistema defensivo impuesto por Barragán.
Al final del encuentro desilusión y decepción de los 12.000 aficionados jienenses que casi llenaron el graderío de ‘La Victoria’, e incluso recibieron a sus jugadores con un mosaico blanco-morado, mientras que los protagonistas saltaron al campo con camisetas alusivas a la promoción de la donación de órganos. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Rafael Mariscal Muñoz, que fue portero blanco en la década de los 50.
Derrota dolorosa. La fiesta al final fue amarga. Los jienenses no pudieron aprovecharse de los resultados de sus rivales, y la situación se ha complicado porque en descenso o cerca de esa zona, hay dos rivales, el Mallorca y el Real Madrid-Castilla, que no han dicho la última palabra, al igual que el Girona, ni por supuesto el Alavés, que visitará ‘La Victoria’, en el último partido, en el que según el técnico jienense, Manolo Herrero, “hay que esperar que sigamos dependiendo de nosotros mismos, y un triunfo ante el equipo vitoriano no de la salvación”, finalizando diciendo que “mas que desilusionado y decepcionado estoy esperanzado de que podemos mantener la categoría”.