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Huelva

Seis meses de cárcel e indemnización de 87.500 euros por causar un incendio que quemó 23 hectáreas

El Juzgado de lo Penal número 3 de Huelva ha condenado a un hombre a seis meses de prisión y al pago de una indemnización de alrededor de 87.500 euros por un delito de incendio forestal por imprudencia grave

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El Juzgado de lo Penal número 3 de Huelva ha condenado a un hombre a seis meses de prisión y al pago de una indemnización de alrededor de 87.500 euros por un delito de incendio forestal por imprudencia grave, al considerar probado que éste provocó en julio de 2012 un incendio en el término municipal de Beas, que arrasó 23 hectáreas, al tirar al suelo cenizas y rescoldos que no apagó correctamente.

   Concretamente, este hombre ha sido condenado a indemnizar, por responsabilidad civil, a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía con la suma de 45.555 euros por los gastos de extinción del incendio y en 23.926 euros por perjuicio medioambiental, y a cada uno de los perjudicados por el fuego por el valor de tasación de los daños en sus propiedades, en un total de 18.000 euros.

   Según han informado a Europa Press fuentes judiciales, el juez ha dictado el fallo tras alcanzar una conformidad entre las partes y finalmente este hombre ha sido condenado también a pagar una multa de 910 euros, a razón de cinco euros por día durante seis meses.

   Por su parte, en su escrito, el Ministerio Fiscal asegura que en la parcela de su propiedad sobre las 8,00 horas del día 1 de julio de 2012, y con la finalidad de cocinar, el acusado encendió un horno de ladrillo y, tras finalizar su uso sobre las 15,00 horas, lo limpió, tirando al suelo las cenizas y rescoldos que no apagó correctamente, extendiéndose al poco rato y por el viento el fuego al terreno forestal colindante.

   La Fiscalía ve en los hechos "absoluta falta de diligencia y cuidado de este hombre", que se introdujo en la casa y se acostó la siesta. Tras ello vecinos del lugar, que vieron el fuego sobre las 16,40 horas, dieron inmediato aviso al 112 que avisó a los retenes de las BRIF, cuya intervención no impidió por el calor y el viento que el fuego se propagase y no fuese apagado definitivamente hasta dos días después.

   El incendio afectó una extensión aproximada de 0,63 hectáreas de matorral y 22,58 has de arbolado --13,3 de pinos y 9,2 de eucaliptos-- de varias fincas vecinas. Además, los hechos ocurrieron en época y zona de peligro alto de incendios con situación de extrema alerta por un 90 por ciento de probabilidad de ignición con una temperatura de 28 grados, un viento de 20 kilómetros por hora y una humedad del tres por ciento del combustible.

   En dichas condiciones el uso del horno y el depósito de las cenizas en el suelo no solo incumplía la reglamentación de prevención de incendios forestales, sino que era contrario a las más elementales medidas de precaución careciendo además de seguro que cubriese el siniestro, remarca el fiscal en su escrito.

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