Miguel Báez Espuny
era el sexto eslabón de la dinastía más longeva de la historia de la tauromaquia. Iniciada, en el año 1842, por su abuelo Manuel Báez ‘El Mequi’, la continuó su padre Miguel Báez Quintero, el primer Litri de la historia, y continuada por su tío Lucas Báez Quintero ‘Lúcora’, por su primo José Rodríguez Báez ‘Litri II’ y por su hermano Manuel Gómez Báez ‘Litri’.
Era hijo de Miguel Báez Quintero y de María de los Ángeles Espuny Lózar, una joven de Gandía. Miguel era el segundo fruto del matrimonio, que tuvo además dos hijas, una de ellas fallecida con tan solo cuatro años de edad.
Miguel nació en Gandía el 5 de octubre de 1930 pero fue bautizado en Huelva, hasta donde se trasladó su madre al poco de dar a luz.
La rápida ausencia del padre así como los deseos de la madre de apartar al pequeño del ambiente taurino no fueron obstáculos para que, paulatinamente, la afición fuera inoculándose en Miguel, a quien amigos y seguidores de su hermano Manolito se preocuparon de que el niño siguiera la estela familiar. Poco a poco, el pequeño Miguel se fue acercando al planeta taurino, llegando incluso a matar una res en las instalaciones del Matadero Municipal. En otra ocasión, quiso torear a un ternero con un saco que había teñido de rojo.
Las escapadas del Colegio de los Maristas, donde cursaba sus estudios, se hicieron cada vez más frecuentes y Miguel las aprovechaba para torear.
A Miguel
le costó mucho esfuerzo que la madre accediera a dejarle torear. Hasta que no comprendió las razones que impulsaban a su hijo a seguir la trayectoria profesional de su padre y de su hermano y ante la evidencia de que el muchacho estaba llamado a ser torero, no accedió, poniéndolo en manos de buenos aficionados ‘litristas’, que cuidaron del nuevo torero.
Miguel
tuvo su primera oportunidad de matar su primer becerro el 1 de junio de 1947 en Manzanilla. Vistió su primer traje de luces en Valverde del Camino el día 16 de agosto de ese mismo año, actuando junto a José Utrera ‘Costillares’ y Juan Posada. Juanito Posada paseó el anillo y ‘Litri’, que estuvo muy mal con los aceros, recibió una fuerte ovación.
‘Litri’ comenzó a recorrer las diferentes plazas de la provincia, cosechando muchos éxitos y saboreando las mieles del triunfo, que repetiría en la campaña siguiente antes de la eclosión definitiva en el año 1949, temporada en la que actuó en 116 novilladas -en un gran número de ellas formando pareja con Julio Aparicio- y siete festivales, en los que cortó 203 orejas, 97 rabos y 37 patas, convirtiéndose en un ídolo de la afición taurina y, especialmente, de la valenciana, en cuya plaza llegó a actuar durante dicha temporada nada menos que en 23 ocasiones.
En esta época,
la afición onubense estaba volcada con su toreo y le seguían en numerosas actuaciones, llegando, incluso, a empeñar el mobiliario doméstico para obtener el dinero preciso para los viajes y localidades. Además, la Peña ‘Manolito Litri’ lanzaba cohetes para dar cuenta del resultado de la actuación del joven novillero mientras la población aguardaba ansiosa la caída de la tarde para conocer el número de trofeos conquistados.
Llegó la hora de la alternativa, anunciada para el 12 de octubre de 1950 en la plaza de Valencia en festejo a beneficio de la Asociación de la Prensa. Joaquín Rodríguez ‘Cagancho’, con toros de Antonio Urquijo de Federico, fue el encargado de oficiar de padrino de una ceremonia que estuvo precedida de una polémica creada por el apoderado de la pareja de novilleros, José Flores ‘Camará’, que impuso un sorteo para determinar el orden de actuación que, por norma y sentido común, correspondía a Julio Aparicio, quien fue el afortunado en el sorteo y, lógicamente, fue el primero en recibir el nuevo grado. ‘Cagancho’ hizo matador de toros a ‘Litri’ con el astado llamado ‘Pendolito’ y le cortó las dos orejas y el rabo. Esta alternativa la confirmaría el 17 de mayo de 1951, de manos de Pepe Luis Vázquez y con Antonio Bienvenida como testigo, al cederle el toro ‘Desagradecido’, de Fermín Bohórquez. Aquella tarde cortó una oreja.
Los éxitos cosechados en la temporada española le abrieron los cosos hispanoamericanos y preparar la siguiente temporada, a cuyo término, y tras conceder la alternativa a ‘Pedrés’,
decidió retirarse temporalmente de los ruedos.
El 3 de julio de 1955, y en la plaza de Orán, se produjo su primera reaparición, actuando en los ruedos hasta finalizar la temporada de 1958. La temporada de 1959,
el torero la dedicó a participar en el rodaje de la película autobiográfica ‘El Litri y su sombra’, con guión de Agustín de Foxá y dirigida por Rafael Gil.
A comienzos del año 1963, Miguel ‘Litri’ decide reaparecer otra vez y en Castellón inicia la campaña. Durante tres temporadas, el torero onubense volvió a dejar muestras de su quehacer en los ruedos, cosechando numerosos triunfos y éxitos entre el delirio de los aficionados. Al término de dicha temporada, contrajo matrimonio con Conchita Spínola.
Parecía que aquella sería su definitiva retirada de la actividad. Sin embargo, sucedería un hecho que le haría retornar, una vez más: la inauguración de la plaza Monumental de Huelva. Y, como su padre había inaugurado la anterior plaza el 5 de septiembre de 1902, ahora, por iniciativa popular,
la ciudad de Huelva quiso que fuera otro Miguel Báez el que inaugurara el nuevo coso. Miguel aceptó la iniciativa y el 3 de agosto de 1968 hizo el paseíllo junto a Manuel Benítez ‘El Cordobés’ y Ángel Teruel para lidiar toros de Celestino Cuadri. Aquella tarde, ‘Litri’ cortó las dos orejas del primero de la tarde, trofeos que repetiría al día siguiente actuando junto a Paco Camino y Sebastián Palomo ‘Linares’ con reses de Clemente Tassara.
Dedicado a sus actividades ganaderas y agrícolas, excepcionalmente Miguel se dejaba anunciar en algunos festivales de carácter benéfico. Pero, de nuevo, habría otra circunstancia que le harían volver a torear vestido de luces. La plaza Monumental, inaugurada unos años antes y de la que ‘Litri’, junto a Antonio Borrero ‘Chamaco’, era empresario, tuvo que cerrar sus puertas por graves deficiencias y la añeja plaza de toros de Huelva había sido remodelada por el empresario y ganadero José Luis Pereda García. Y,
de nuevo, los onubenses pidieron que un Miguel Báez “’Litri’ estuviera en el cartel.
Pese a su edad, Miguel aceptó el envite y, tras una intensa preparación, hizo el paseíllo en el coso onubense en la tarde del 29 de julio de 1984 junto a Curro Romero y Pepe Luis Vázquez hijo para lidiar un encierro de Jandilla, cortándole las orejas al primero de su lote. Unos días después, concretamente, el 3 de agosto, volvió a vestir las taleguillas y, en esta ocasión, para dar la alternativa a Sebastián Borrero ‘Chamaco II’. Esa tarde actuó junto a Paco Ojeda y se lidiaron reses de Gabriel Rojas. En el cuarto, en el de su nueva despedida, Miguel ‘Litri’ volvió a pasear las orejas de su oponente. Ni que decir tiene que Huelva vibró con su torero en estos dos festejos, a cuyo término el diestro fue izado a hombros para salir así por la puerta grande.
Todavía, en esa misma temporada, Miguel hizo un nuevo paseíllo en la plaza choquera. Fue en la tarde del 12 de octubre, con ocasión de un festival benéfico, organizado por él, y en el que actuó por primera vez ante el público un nuevo Miguel Báez ‘Litri’, nieto del primer Litri e hijo de quien había dado mayor realce a la dinastía, que veía así como iba a continuar.
Los avatares de la vida hicieron que, otra vez más, Miguel Báez Espuny ‘Litri’ tuviera que vestirse de luces. Y,
a los 57 años de edad, lo hizo el 26 de septiembre de 1987, para darle la alternativa a su hijo, de su mismo nombre, en la plaza de Nimes en la misma corrida en la que Paco Camino haría matador de toros a su hijo Rafael, con reses de Jandilla. De nuevo, Miguel ‘Litri’ cortó trofeos y salió a hombros por la puerta grande en su última actuación ante el público en tan emotiva jornada.
Actuaciones en Huelva
A lo largo de su dilatada carrera, Miguel actuó un total de 54 ocasiones en las distintas plazas que han existido en nuestra ciudad (lo hizo en la de Las Colonias, en la Monumental, en una portátil instalada en la Barriada de La Hispanidad y en La Merced). Hizo el paseíllo en dos novilladas sin picadores, en 13 novilladas picadas y en otras tantas corridas de toros, además de actuar en 26 ocasiones en festivales benéficos. A estas actuaciones hay que añadirle una para filmar imágenes para la película ‘El Litri y su sombra’.